La hipertensión arterial es una enfermedad muy silenciosa en la cual los valores de presión sanguínea se encuentran elevados. En su desarrollo pueden incidir no sólo la predisposición genética sino también, hábitos perfectamente modificables. Por eso, te contamos los factores que elevan el riesgo de sufrir hipertensión arterial y que puedes evitar en el día a día.
Factores de riesgo modificables
Hay ciertos factores que predisponen a sufrir hipertensión arterial que no podemos modificar, tales como estar embarazada, ser mayor de 60 años, ser de raza africana o padecer enfermedades renales, diabetes o sufrir apnea del sueño.
Sin embargo, hay muchos otros factores de riesgo modificables ante los cuales podemos actuar para prevenir esta enfermedad, entre ellos:
- Tener sobrepeso u obesidad: alcanzar y mantener un peso corporal saludable siempre resulta recomendable, pues en el caso de la presión arterial, esta aumenta conjuntamente con el volumen corporal que exige mayor volumen de sangre circulante en el organismo. Para lograr un peso sano lo mejor es un verdadero cambio de hábitos que incluya dieta equilibrada y ejercicio regular.
- Sedentarismo: el movimiento regular no sólo reduce el riesgo de tener sobrepeso, sino además, tiene un efecto vasodilatador y favorecedor de la circulación sanguínea. Las personas que son inactivas físicamente y tienen mayor frecuencia cardíaca, lo cual también eleva la presión arterial. Por eso, siempre es aconsejable moverse lo máximo posible y de ser posible, realizar ejercicio con regularidad.
- Estrés: hoy en día es el mal que prevalece y que resulta especialmente dañino cuando se presenta de forma crónica. Así, lo mejor es aprender a relajarse y deshacerse del estrés en el día a día, así como también, reducir su presencia a largo plazo.
- Consumir mucha sal y poco potasio: mucho sodio o poco potasio son factores de riesgo en nuestra dieta para sufrir hipertensión arterial, pues a más sodio más líquido se retiene y la presión se eleva en sangre. Así, debemos reducir el uso del salero, evitar los ultraprocesados y apostar por una dieta rica en frutas y verduras fuente de potasio. Un ejemplo de buena dieta es la dieta DASH.
- Beber alcohol o consumir tabaco: tanto el tabaquismo como el consumo de alcohol elevan la presión arterial temporalmente, pero también pueden dañar el sistema cardiovascular de forma progresiva y provocar cambios irreversibles con el tiempo que favorecen el desarrollo de hipertensión. Entonces, lo recomendable es reducir al máximo la ingesta de alcohol o evitarlo por completo y no fumar o abandonar este mal hábito.
Ya sabes, aunque la hipertensión puede manifestarse por causas ajenas a tus hábitos, también puedes reducir el riesgo de tener esta enfermedad, evitando los factores antes dichos.
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