Las enfermedades metabólicas, como la diabetes o el hígado graso no alcohólico son enfermedades que cada vez afectan a más personas en el mundo, incluidos niños. Una vida sedentaria, y una alimentación cada vez más rica en grasas saturadas y azúcares añadidos, favorecen la aparición de estas enfermedades metabólicas.
A los efectos de esta combinación podría estar colaborando, también, un tipo de célula adiposa concreta. Al menos, esto es lo que han encontrado en un reciente estudio investigadores de la Universidad de Melbourne. Y es que, según estos investigadores, el riesgo que algunas personas pueden tener de padecer obesidad, y/o enfermedades metabólicas, podría estar relacionado con el tipo de grasa que almacenan.
Así, estos investigadores tomaron muestras de voluntarios humanos por medio de las que consiguieron detectar tres tipos diferentes subtipos de células precursoras que se convertían en células adiposas. La primera de ellas liberaba grandes cantidades de grasa en el torrente sanguíneo, la segunda quemaba energía en grandes velocidades y la tercera era relativamente neutra, teniendo un comportamiento a medio camino entre las otras dos.
Estas células estaban repartidas por todo el tejido adiposo del cuerpo y, aunque los tres subtipos estaban presentes en todas las muestras observadas, en cada voluntario se presentaban en una proporción diferente. Es decir, algunos de ellos mostraban más cantidad de la primera, otros de la segunda y otros de la tercera.
Según las hipótesis de estos investigadores, tras detectar estos tres subtipos de célula, el primer subtipo de célula adiposa podría aumentar las posibilidades de quienes la tengan en mayor cantidad de padecer obesidad. Pero no solo eso, sino que, dado que este tipo de célula acumula grasa alrededor de los órganos, podría favorecer la aparición de enfermedades metabólicas, como la diabetes, independientemente del peso de cada persona.
Por el contrario, el segundo tipo de célula podría favorecer la pérdida de peso. Es por ello, que estos investigadores consideran que este conocimiento puede ayudar a elaborar nuevos métodos de prevención de la obesidad y de las enfermedades metabólicas. En teoría, intentar aumentar la presencia del segundo subtipo de célula adiposa podría ayudar a tratar los casos de obesidad.
En cualquier caso, por el momento, se trata de una investigación muy preliminar en la que únicamente se han encontrado dichos subtipos de células adiposas. Sin embargo, por el momento, las hipótesis realizadas con respecto a ellas, y sus posibles efectos, no han sido confirmadas. Para ello serán necesarios más ensayos clínicos para poder determinar hasta qué punto afectan realmente la presencia y proporción de estas células al desarrollo de obesidad, diabetes y otras enfermedades metabólicas.
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