Flores de Bach: una creativa pseudoterapia sin más efecto que el placebo

Flores de Bach: una creativa pseudoterapia sin más efecto que el placebo

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Flores de Bach: una creativa pseudoterapia sin más efecto que el placebo

En el mundo de las pseudoterapias, lo que falta de rigor científico sobra en inventiva y creatividad. Algunas de sus ideas son tan surrealistas que cuesta imaginar de dónde partió la idea. Las flores de Bach son un buen ejemplo, una especie de homeopatía hecha a partir de flores que promete curar y aliviar muchos problemas de salud y de ánimo sin que sus principios de acción estén muy claros y sin haberlos podido demostrar científicamente.

En qué consisten las flores de Bach

Se llama flores de Bach a un conjunto de remedios preparados a base de cocer o macerar flores maduras de distintas especies originales de la zona de Gales e Inglaterra y diluidos en vino o brandy, que actúan como conservantes.

El producto resultante se embotella en frascos de vidrio opaco y se administra en gotas. No tiene principios farmacológicamente activos (más allá del alcohol) y por tanto no puede ser considerado un medicamento. Tampoco se ha explicado ni podido demostrar que tenga ningún efecto fisiológico más allá del placebo.

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El origen de las flores de Bach

El nombre de estos productos no tiene nada que ver con el músico. Se llaman así por su creador, el homeópata Edward Bach que los creó para aliviar "desequilibrios psicoemocionales", como el miedo, la ira o la confusión, y así reducir y prevenir enfermedades físicas y mentales.

Bach empezó elaborando las 12 primeras esencias florales entre 1928 y 1932, y las llamó curadores. Luego añadió 7 más, que consideró auxiliares para aquellas situaciones en las que las 12 esencias principales no parecían tener efecto completo. Hacia 1935 utilizó un nuevo método para desarrollar 19 remedios más, hasta un total de 38.

Los siete grupos de remedios

Algunas de las indicaciones de estos remedios suenan más poéticas que científicas. Todos ellos se pueden clasificar en uno de estos siete grupos, e incluimos en cada uno algunas descripciones reales. Si quieres leer más, puedes encontrarlos aquí.

  1. Para tratar los temores: desde sentimientos y temores vagos y desconocidos hasta los que se preocupan por los demás en exceso y se olvidan a sí mismos.

  2. Para tratar la incertidumbre: para los pesimistas y los que se desalientan fácilmente hasta los que tienen grandes ambiciones y no sabe qué decisiones tomar para alcanzarlas.

  3. Para tratar el desinterés en lo actual: para los somnolientos y adormilados que nunca están del todo despiertos, y para los que no pueden evitar que los pensamientos negativos entren en su mente.

  4. Para tratar manifestaciones de la soledad: para los que buscan constantemente la compañía de cualquiera y están tristes si tienen que pasar un rato solos, o para los que prefieren estar siempre solos.

  5. Para tratar la susceptibilidad a las opiniones de los demás: para los que son dóciles y sobreestiman sus fuerzas en su deseo de agradar a los demás, o los que se ven tentados de alejarse de sus objetivos por las influencias externas.

  6. Para tratar la desesperación y el abatimiento: para los que se deprimen cuando ven que las tareas que han iniciado son demasiado difíciles, o para los que están angustiados por una mala noticia o acontecimiento.

  7. Para tratar a aquellos que sufren por los demás: para los que cuidan y corrigen constantemente a los demás o para los que intentan todo el rato convencer a los demás de sus ideas.

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Falta absoluta de evidencias científicas

Existen varios motivos por los que las flores de Bach no pueden considerarse remedios médicos o farmacológicos. El primero, como ya hemos comentado, es que no contienen principios farmacológicos conocidos y por ello su supuesto mecanismo de acción no coincide con lo que la ciencia sabe sobre química y fisiología.

El segundo es que el método de formulación de estos remedios no siguió ningún procedimiento científico, sino que Bach se guió por su intuición y lo que sabía sobre homeopatía (que es a su vez otro método sin base científica ninguna).

La tercera es que diversos estudios han tratado de confirmar o desmentir su supuesta eficacia, siempre con resultados negativos: las flores de Bach no tienen eficacia en el tratamiento de dolencias físicas y psicológicas más allá del efecto placebo.

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