El hábito de fumar es un factor de riesgo cardivascular, pero aspirar el humo del tabaco también puede tener efectos negativos y así lo confirma un estudio reciente que señala que los fumadores pasivos tienen más riesgo de insuficiencia cardíaca.
Exposición a vapores tóxicos y riesgo cardíaco elevado
Los no fumadores sin duda poseen un inferior riesgo cardiovascular, pero los no fumadores que han estado expuestos a humo de segunda mano tienen un 35% más de probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca.
El estudio fue presentado en la 70 Sesión Científica Anual del American College of Cardiology y consistió en un análisis transversal con más de 11 mil participantes que fueron seguidos entre 1988 y 1994.
Los resultados mostraron que la exposición al humo del tabaco en no fumadores eleva en un 35% el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, siendo superior el riesgo en personas con antecedentes de enfermedades cardiovasculares o con patologías como la obesidad y la diabetes.
Sin embargo, la consideración de otros factores de riesgo cardiovascular no modificó la asociación entre la exposición al humo del tabaco y el riesgo cardíaco.
Este estudio viene a confirmar lo nocivo que puede ser aspirar vapores tóxicos, aunque los datos usados son de hace varios atrás y ello, junto al carácter transversal del mismo resultan limitaciones de la investigación.
No obstante, tener cotinina en sangre en proporciones de 1 ng/ml o más es un indicador de que la nicotina ha sido metabolizada en el organismo, por lo tanto, los no fumadores que la presentan pueden sufrir las consecuencias de esta sustancia propia del cigarrillo y el humo del mismo.
Entonces, si queremos proteger la salud cardiovascular, además de no fumar es importante evitar la exposición al humo del tabaco y otros vapores tóxicos que podrían perjudicar igualmente la salud del organismo, aunque sean de segunda mano.
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