"Hazlo tú" es una interesante premisa para un sinfín de remedios caseros. Esto mismo se aplica a las cremas solares, las cuales se están poniendo de moda en multitud de publicaciones de cosmética. Pero, ¿hasta qué punto son fiables y seguras? ¿Por qué deberíamos hacer (o no) nuestro propio protector solar?
El interés por la situación de la naturaleza, por nuestra salud y por nuestra economía se unen en este tipo de productos hechos en casa. Pero antes de lanzarnos a prepararlos deberíamos saber cómo funcionan para entender si de verdad lo hacen o no.
La idea parece buena...
Reunimos algunos ingredientes, los mezclamos y voilà, tenemos nuestra propia crema casera, barata y efectiva, ¿verdad? La gran mayoría de recetas caseras de cremas protectoras llevan algún tipo de grasa: aceite de coco, aceite de lavanda, manteca de karité... unido a sustancias hidratantes y un bloqueador solar.
Estas cremas son bastante más sencillas que las cremas comerciales, las cuales llevan un complicado conjunto de productos. Estos se analizan para asegurar la protección desde dos frentes: el químico y el físico. El químico consiste en un cambio molecular. Cuando la sustancia recibe la radiación, esta cambia y disipa parte de la energía para evitar que llegue a la piel.
El físico consiste, básicamente, en una oclusión, que tapa parte de la radiación. El óxido de zinc es el ejemplo más utilizado, ya que consigue absorber y desviar una gran cantidad de radiación. El resultado de esta mezcla es una menor radiación incidente, la cual se especifica en un factor de protección solar (FPS), que es un número que indica su capacidad de bloquear la radiación UV del tipo B.
A pesar del uso de cremas solares, la luz sigue afectando a la piel, por eso es importante que estas realicen adecuadamente su función. De esta manera evitamos que la exposición a la luz UV provoque daños en la célula, capturando parte de la radiación ionizante que produciría la mutación. Y hasta aquí el apartado teórico.
La ecología, ¿un punto a favor?
Ahora, hay otra cuestión importante al respecto: la ecológica. Actualmente tenemos un problema con los protectores solares. El problema de muchas de estas sustancias es que son tóxicas o provocan cambios en la cantidad de radiación que alcanzan los arrecifes y la vida marina. Como consecuencia, estos ecosistemas están sufriendo una regresión importante.
Así, una solución "natural" con sustancias protectoras y amistosas con el ecosistema parece un punto a favor de estas recetas. No es una mala opción, pero tampoco sabemos con total seguridad si estos tienen un impacto ambiental o no. El óxiddo de zinc, al igual que el dióxido de titanio, es un bloqueante solar bastante potente. Esto podría provocar un cambio importante en la recepción solar de los arrecifes.
Y esto, por supuesto, hablando de sustancias biodegradables. Esto no quiere decir que no impacten en el medio ambiente, sino que lo hacen con la posibilidad de desaparecer con el tiempo. Esto puede suponer una contaminación más ligera, pero no deja de ser contaminación.
No existen evidencias ni hay forma de saber cuán eficaces son
Recapitulando, un protector solar debe proteger. Por esta razón las marcas se preocupan muchísimo de evaluar la capacidad protectora de sus productos. El factor protector solar se determinan midiendo cuánto tiempo tarda la piel en recibir daños con la protección puesta. Ningún factor dura más que algunas horas.
El problema principal con las cremas solares caseras es que no tenemos ninguna prueba de esta protección. ¿Y si no hemos hecho bien la mezcla? ¿Y si nos hemos equivocado de productos? O si estos son de peor calidad. ¿Qué ocurre entonces? Estaríamos protegiéndonos con un escudo inservible, expuestos sin protección.
Es más, algunos estudios apuntan que estos protectores solares caseros podrían provocar daños precisamente por esta cuestión. Pero el cáncer de piel es uno de los más agresivos y extendidos, no es para tomárselo a broma. Existen protectores solares más respetuosos con el medio ambiente, especialmente aquellos con bloqueadores minerales. Mejor usar estos que hacer nuestro propio producto, el cual nunca nos dará la misma seguridad contra el cáncer.
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