Si una cosa caracteriza al invierno es el frío que hace a nuestro alrededor. Este frío tiene un efecto directo en nosotros y en nuestra conducta cotidiana, y es que pasamos de estar tiempo en la calle a pasar más rato en casa realizando nuestros hobbies... Las pocas veces que salimos en la mayoría de los casos es para hacer compras, ir al cine, salir con los amigos... o realizar alguna actividad deportiva, que bien puede ser en exterior o interior. Para llevar a cabo este acto es necesario que también nos adaptemos a las bajas temperaturas, por ello vamos a ver las medidas a tomar en invierno para que el frío no nos arruine los entrenamientos.
Abrigarnos bien antes de salir a practicar deporte es algo que debemos tener siempre en cuenta. El abrigo, aunque parezca mentira es esencial para no tener enfermedades propias de los rigores meteorológicos como resfriados, gripes, catarros... Por ello es necesario que antes de salir del recinto en el que entrenamos, y antes de entrar vayamos abrigados, lo mismo que si salimos a correr, que debemos abrigar las partes más delicadas y expuestas a las condiciones climáticas como son el cuello, las muñecas, los tobillos, el pecho...
El frío también hace que nuestros músculos se contraigan más y se queden más rígidos de lo normal, algo que a la hora de practicar deporte puede tener sus consecuencias. Por este motivo es esencial que en invierno aumentemos el tiempo de calentamiento y estiramientos antes de realizar cualquier deporte. De este modo lo que conseguiremos será activar la circulación sanguínea y mejorar el estado y la flexibilidad muscular que el frío limita en muchos casos.
El sudor es parte importante del ejercicio, y aunque en invierno el frío evite que la sudoración sea excesiva, es cierto que aún así seguimos sudando al practicar deporte. Por este motivo es necesario que sigamos una férrea rutina en este sentido, ya que siempre debemos cuidar de llevar prendas de repuesto para quitarnos las mojadas por el sudor después de entrenar y ponernos ropa seca. Seguir con la ropa sudada es un peligro cuando la temperatura es baja, ya que el riesgo de coger un resfriado a causa de la humedad es mayor.
Proteger algunas partes del cuerpo delicadas como los labios y la nariz es fundamental si salimos a correr o practicamos deporte al aire libre. La respiración seguida y profunda que provoca el ejercicio puede resecar estar zonas, y si a esto le sumamos el ataque del frío, lo que conseguiremos será que se agriete y duela. Por ello lo recomendable es utilizar protectores como cremas de alta hidratación y preparadas para el frío y sobre todo para la realización de actividad al aire libre. Estos son algunos de los puntos a tener en cuenta cuando practicamos deporte al aire libre, pero si conocéis más será muy adecuado que todos las pongamos en común.
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