Cada vez tenemos más información sobre los riesgos para la salud que puede implicar el alto consumo de bebidas azucaradas. Tanto es así que se están comenzando a realizar esfuerzos políticos para reducir el consumo de los mismos. Sin embargo, el debate sobre si los refrescos edulcorados - o light - son un sustituto saludable de los azucarados, sigue abierto.
Algunas investigaciones encuentran que el consumo de edulcorantes es seguro, aunque no ofrecen ningún tipo de beneficio. Sin embargo, otras investigaciones no parecen confirmar esta falta de riesgos, ya que relacionan el consumo de bebidas edulcoradas con mayor hambre, una elevación del umbral de dulzor haciendo que queramos más dulce, mayor circunferencia de cintura e, incluso, mayor prevalencia de diabetes.
Ahora una nueva investigación viene a encontrar correlación entre el consumo de bebidas edulcoradas por parte de mujeres y el mayor riesgo de sufrir un infarto cerebral y/o enfermedades cardíacas. Esta investigación se llevó a cabo únicamente en mujeres, contando con información de 81 714 participantes, de entre 50 y 79 años, del Women’s Health Initiative Observational Study.
Los investigadores examinaron datos sobre la asociación que podría o no existir entre el consumo autoinformado de bebidas edulcoradas - tanto con edulcorantes artificiales como naturales - y el padecimiento de infartos cerebrales, enfermedades coronarias y todas las causas de muerte.
Los resultados encontraron una correlación entre el consumo de estas bebidas edulcoradas y el mayor riesgo de derrame cerebral y enfermedades coronarias. Aquellas mujeres que bebían dos o más bebidas edulcoradas al día tenían un riesgo un 23% mayor de infarto cerebral en comparación con aquellas que bebían una bebida edulcorada o menos a la semana.
A la hora de interpretar estos datos debemos tener en cuenta que se trata de una investigación realizada únicamente en mujeres postmenopáusicas y de manera autoinformada. En ningún caso esta investigación permite establecer causalidad entre un hecho y el otro.
Sin embargo, unido a otros datos obtenidos por investigaciones sobre bebidas edulcoradas, sí que abre una vía de investigación importante y nos ofrece un posible motivo más para recortar nuestro consumo de bebidas edulcoradas y pasarnos a opciones más saludables.
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