Dentro de la multitud de minerales y nutrientes que necesita nuestro organismo puede que el iodo, en líneas generales, sea uno de los menos conocidos o tenidos en cuenta en nuestra dieta aunque, lo cierto es que, no por ello carece de una importancia vital.
Conocer los aportes recomendados de iodo en nuestra dieta diaria va a ser más que importante para evitar posibles problemas derivados del desajuste de los niveles de este mineral.
El iodo y la glándula tiroides
El iodo o yodo, es un oligoelemento imprescindible para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, ya que es el principal motor en la segregación de hormonas, y por tanto esencial para la correcta regulación de nuestro metabolismo.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomienda 150 microgramos de iodo al día, igualmente en hombres y mujeres. Tanto la deficiencia como el exceso de iodo son dañinos y pueden conllevan diferentes enfermedades:
Una deficiencia severa de este oligoelemento puede concluir en problemas como el cretinismo (de ahí que sea de suprema importancia mantener niveles adecuados durante la etapa del embarazo) o el bocio (agrandamiento o hipertrofia de la glándula).
Un exceso de iodo puede conducir a una producción excesiva de hormonas tiroideas que acarreen un aumento de la tasa metabólica basal que puede verse sintomatizado en pérdida de peso, apetito voraz, debilidad, nerviosismo o incluso problemas cardíacos.
Como os hemos comentado, el iodo requiere de principal atención en mujeres que están embarazadas, ya que una adecuada dosis diaria puede favorecer el correcto desarrollo del feto. En estas etapas de embarazo y lactancia, la dosis recomendada aumenta a 200-300 mcg/ día.
En una próxima entrada os contaremos el top 11 de alimentos ricos en iodo. ¡No os la perdáis!
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