Hace no mucho hablábamos de que el uso del podómetro ayuda a las personas mayores a caminar más. Pues bien, ahora leo sobre una aplicación real de ello en Córdoba (Andalucía), mediante un programa de ejercicio asesorado para personas mayores con el que pretenden conseguir un millón de pasos
El programa incluirá a unas 73.000 personas de la provincia de Córdoba, a las que se les entregará un podómetro para realizar ejercicio y se les indicarán las pautas precisas de cómo realizar el ejercicio. Periódicamente se hará un seguimiento de los resultados del programa, que recibe el nombre de "por un millón de pasos".
Ese nombre lo debe a que se pretende conseguir dicha cifra en el período de un mes. Para ello, cada persona tendrá que seguir la rutina de pasos diarios que se establezca en su programa. Veo positivo del programa que, además de este objetivo de "obligar" a las personas a realizar un cierto nivel de actividad física, también se complementa con consejos sobre hábitos saludables y alimentación.
Las personas, sobre todo las mayores, necesitan una guía, una ayuda que les indique qué camino seguir y cómo hacerlo, sobre todo si no tienen experiencia previa practicando ejercicio. Muchos de ellos rechazarán cualquier tipo de intervención, poniendo excusas como que a su edad no van a ponerse a hacer deporte, pero muchos otros cambiarán su estilo de vida a unos hábitos más saludables, a un estilo de vida más activo.
Ejercicio, vida sana y más
Además, también el programa ayuda a favorecer que las personas de cierta edad, que sufren soledad, impuesta o buscada, establezcan vínculos y creen redes de apoyo social, tanto con los profesionales del programa como con los demás usuarios del mismo. Es una fórmula relativamente sencilla que puede servir para mejorar la calidad de vida de muchas personas a muchos niveles.
Una mejora física no es solo poder moverse más, tener más resistencia: es tener independencia, autonomía. Es hacer que personas aisladas salgan de casa, ya sea para cumplir los objetivos del programa, como para ir a visitar a los profesionales que le hacen el seguimiento. Allí conocen a otros usuarios del programa, posiblemente muchos vivan cerca, y pueda servir para crear unos lazos que motiven a las personas a ser más activas, a la vez que los dotan de apoyo en caso de necesitar ayuda.
Por ejemplo, es posible que personas que se conocen en el programa de ejercicio y viven en el mismo barrio queden para realizar las pautas de ejercicio de forma conjunta, con lo que, además de realizar ejercicio, están favoreciéndose la aparición y desarrollo de relaciones de amistad. Esto es saludable en una edad donde es complicado hacer nuevos amigos, y existe cierta tendencia al aislamiento y a perder las redes de amigos que previamente existían.
Me parece genial que este tipo de iniciativas se instauren desde las administraciones públicas, que inviertan dinero en programas eficaces que, además, cumplen con una serie de objetivos muy importantes a todos los niveles.
Los mayores pueden vivir el ejercicio como una obligación o como un reto divertido, y este tipo de iniciativas pueden parecer obligación en un principio pero, si se llevan bien, pueden servir para motivar, incentivar, animar, a que la persona quiera mejorar poco a poco, día a día. Más si se combina con otros consejos saludables.
Iniciativas como estas son muy necesarias, y me alegro que, en tiempos de crisis, todavía se vean programas saludables de este tipo, que abarquen a una población tan amplia y que puedan servir para mejorar la calidad de vida de muchas personas mayores.
Esto se traducirá en una mejora física y de relaciones sociales, lo cual también repercute en menor riesgo de caídas, enfermedades invalidantes, aislamento y otras causas que provocan aumento del nivel de dependencia, lo cual, a medio y largo plazo, supone un aumento del gasto sanitario.
Así que, tanto desde el punto de vista físico, como mental, social y económico, este tipo de programas son rentables, y sería positivo que no se paralizara nunca, por mucha crisis que haya, puesto que aportan más de lo que cuestan.
Imagen | Public places Fuente | diariodecordoba