En nuestra entrada de ayer hablábamos del motivo por el que se produce la retención del líquidos y conocimos un poco más el funcionamiento natural de nuestro cuerpo para regular los equilibrios hídricos a través del balance de agua y sodio.
Nuestro cuerpo es inteligente y capaz de responder, a través de mecanismos propios, a un exceso o defecto de agua. Aún así, a veces y por determinados motivos, la retención de líquidos inevitablemente se manifiesta en nuestro cuerpo. Hoy os contamos los síntomas y las medidas preventivas para evitarlo.
Síntomas de la retención
Aunque en principio parezca que se trata de un desequilibrio que no tiene una importancia demasiado significativa, lo cierto es que no es así. Cuando existe un fallo en las hormonas encargadas de regular este tipo de mecanismos, es decir, eliminar los excesos de agua de nuestro cuerpo, pueden aparecer los primeros síntomas.
La sintomatología de que tenemos una retención de líquidos y de que nuestro cuerpo no es capaz de mantener un equilibrio de fluidos óptimo, es muy variada pero sí que se suelen manifestar unos indicios generales como pueden ser:
Hinchazón de extremidades, muñecas, abdomen, manos e incluso cara y ojos.
Pesadez general del cuerpo
- Aumento de peso sin motivo aparente
- Cansancio, fatiga y malestar general
Desde un punto de vista estético, además de aparecer un aumento de peso manteniendo la alimentación de siempre, puede aparecer la temida celulitis. En muchas ocasiones, estos síntomas en vez de ser tratados con las pautas correctas, llevan a medidas y dietas desesperadas y/o milagrosas, que en lugar de acabar con el problema, agravan aún más los síntomas. Así que, cuidado!
Todos estos síntomas pueden desencadenarse por una serie de motivos que han llevado a nuestro cuerpo a romper ese desequilibrio entre el agua que ingerimos y el que excretamos, sobre todo, a través de la orina. Los factores que han podido influir pueden ser:
Una deshidratación importante: de ahí que comentáramos en el post anterior que es importante, por ejemplo, seguir un buen patrón de hidratación a la hora de hacer deporte (antes, durante y después) para restablecer la cantidad de agua que perdemos durante la actividad.
Una pérdida de sangre
- Una ingesta elevada de sal
- Toma diaria de agua escasa
Medidas preventivas
En cuanto a la alimentación: importante ayudarse de alimentos que propicien la eliminación de líquidos como pueden ser: hortalizas y verduras (espárragos, apio, cebolla..), frutas ricas en agua (melón, sandía..), cereales y legumbres integrales e infusiones (tés, cola de caballo...).
En cuanto a la hora de cocinar, como todos imagináis, cuidado con pasarnos con la sal. Podemos encontrar sustitutos alimenticios perfectos o seguir algunos trucos para reducir su consumo.
Y por último, beber dos litros de agua al día para mantenernos bien hidratados.En cuanto al deporte: toda actividad física es buena para regular la circulación sanguínea y evitar la retención de líquidos y , sobre todo, aquellos deportes que conlleven ejercicios del tren inferior. Montar en bicicleta, nadar o correr son actividades perfectas para evitar esta patología.
Para personas sedentarias o aquellas que pasan la jornada completa sentadas, una ayuda para paliar los síntomas de la retención de líquidos es mover pies y piernas con frecuencia, levantarse cada cierto tiempo, elevar las extremidades cuando estemos sentados y ayudarse de baños frescos y masajes linfáticos.
- Fármacos: en el mercado existen multitud de productos diuréticos para luchar contra la retención de líquidos, por ejemplo, los elevadores de potasio. Este tipo de diuréticos deben ser la última opción, aunque por desgracia hay muchas personas que siguen sus "autodietas" y "autorecomendaciones" y los toman frecuentemente.
Sólo debemos recurrir a este tipo de fármacos cuando sea totalmente necesario y supervisado, siempre, por nuestro médico de cabecera.
Imágenes | iStockPhotos
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