Las bebidas deportivas tienen fines específicos y por el nombre que reciben, muchos creen erróneamente que se trata de productos saludables que podemos consumir de forma habitual. Sin embargo, si no eres un deportista de élite las bebidas deportivas probablemente no sean para ti y a continuación te contamos por qué.
Bebidas deportivas, no siempre beneficiosas
Su denominación hace referencia al deporte y ello, suele confundir a muchos consumidores que consideran este tipo de bebidas realmente saludables, incluso no son pocos los padres que creen que las bebidas deportivas son sanas para sus niños.
Otro uso producto de esta confusión es aquel que promueve su ingesta en reemplazo de refrescos u otras bebidas azucaradas consideradas poco sanas y perjudiciales para el organismo.
También es habitual ver que tras una sesión de gimnasio se ingiere una bebida deportiva o simplemente en un día de calor, para prevenir la deshidratación, pues estas bebidas se promocionan como la solución ideal para mantenernos bien hidratados y mejorar en rendimiento deportivo.
Y si bien el fin último de las bebidas deportivas es hidratar tras un esfuerzo intenso reponiendo además de agua, electrolitos y energía perdida, la realidad es que con agua simplemente es suficiente en la mayoría de los casos.
Un uso incorrecto de las bebidas deportivas como los anteriormente nombrados puede perjudicarnos en lugar de beneficiarnos, pues unos 500 ml de las mismas contienen alrededor de 20 gramos de azúcar, una cantidad considerable que de no ser necesaria se almacena en forma de grasa y promueve un balance energético positivo.
El uso sin necesidad de las bebidas deportivas puede ser un factor que promueva la obesidad y el sobrepeso, el desarrollo de caries en los niños y también, un alto consumo de sodio que puede tener consecuencias adversas para la salud.
¿Puro marketing?
La creencia de que las bebidas deportivas son sanas y que un gran porcentaje de la población puede hacer uso de ellas sin mayores inconvenientes no ha salido de la ignorancia de los consumidores, sino que quizá, todo se deba al gran marketing detrás de las mismas.
Un gran número de páginas web y revistas promocionan bebidas deportivas para mejorar el rendimiento deportivo y prevenir la deshidratación, sin embargo, no se hace referencia a evidencias científicas que lo demuestren o se citan estudios con alto riesgo de sesgo y poco confiables por analizar el efecto de bebidas deportivas en atletas de alto rendimiento únicamente.
La evidencia sobre los beneficios y perjuicios de las bebidas deportivas es insuficiente o de escasa calidad, por lo que no se pueden hacer recomendaciones sólidas sobre su consumo.
Esto sumado a la gran promoción de la hidratación y los numerosos comunicados que hasta reconocidas organizaciones realizan sobre los peligros de la deshidratación han fomentado el consumo poco adecuado de las bebidas deportivas.
Quizá, sólo los deportistas de élite que tienen un gran desgaste físico y que necesitan reponer fácilmente líquidos, energía y electrolitos son beneficiados con su consumo, por eso, si no perteneces a este sector de la población y no tienes grandes exigencias físicas, las bebidas deportivas probablemente no son para ti.
Bibliografía consultada | Public Health Nutrition: 19(1), 46- 54, doi:10.1017/S1368980015000397; BMJ, January 2012, http://bmjopen.bmj.com/content/2/4/e001702.
Imagen | Pixabay e iStock
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