Los accidentes cardiovasculares son la causa de muerte de millones de personas al año, por todo el mundo. Detectarlos a tiempo y monitorizarlos para controlarlos es una cuestión complicada. Los dispositivos necesarios son costosos y aparatosos.
Sin embargo, ¿y si pudiéramos sustituir un caro electrocardiograma por un pequeño dispositivo, siempre disponible, individual, mucho más barato y hasta más fiable? ¿Y si este fuera un tatuaje electrónico, o e-tatoo? Pues bienvenidos al futuro, porque esto ya es posible.
¿Cómo funciona un e-tatoo?
Los tatuajes electrónicos no son nuevos. Se conocen varios de este tipo, empleados para toda clase de funciones. Los más interesantes, sin embargo, probablemente sean los dedicados a medicina. Pero antes de seguir, ¿qué es un tatuaje electrónico? Un e-tatoo consiste en introducir en la piel, como si de tinta de tatuaje se tratase, una serie de polímeros inocuos para la salud pero con distintas propiedades, como la de transmitir la electricidad.
De esta manera, los e-tatoos son auténticos circuitos electrónicos tatuados. Estos, adecuadamente confeccionados, son capaces de realizar todo tipo de funciones. En concreto, el tatuaje electrónico diseñado por la Universidad de Texas tiene propiedades piezoeléctricas. Eso quiere decir que es capaz de producir señales electrónicas ante la deformación. Deformación como la causada por los latidos del corazón, por ejemplo.
Esto permite al tatuaje generar señales para monitorizar con completa precisión el movimiento cardíaco, pudiendo detectar las más finas variaciones que ocurren ante un episodio cardiovascular. El tatuaje, en realidad, es un finísimo dispositivo (de micras de grosor, como un tatuaje) hecho de fluoruro de polivinilideno termoplástico y grafeno, que hace de material conductor. El e-tatoo se coloca de manera que sea extremadamente preciso recibiendo las señales.
Las señales del tatuaje todavía se recogen a través de cables que se conectan a la piel. Sin embargo, el equipo está convencido de que no tardarán en disponer de un sistema NFC o Bluetooth para poder transmitir, incluso de forma continua, las señales recogidas a partir del movimiento del músculo cardíaco, de manera que se pueda establecer una monitorización más eficiente o un sistema de alerta temprana.
Un monitor cardíaco más seguro, barato y fiable
Entre los puntos fuertes de este dispositivo está lo barato que resulta "hacerlos", puesto que el secreto está en su diseño, no tanto en su confección tecnológica. Es decir, no hacen falta caros dispositivos, chipsets ni materiales, sino que, en sí, el propio tatuaje es sofisticado pero sencillo. Esto, como decíamos, abarata mucho los costes en comparación con los caros electrocardiogramas de última generación, y, según ha mostrado el estudio, aporta unos resultados similares, cuando no más precisos.
Dicho esto, ¿lo veremos pronto en los hospitales y centros médicos? Probablemente no. Para la aprobación de cualquier elemento relacionado con la salud, este debe pasar estrictos, largos y duros controles por parte de las agencias correspondientes. En este caso particular, al no tener propiedades terapéuticas, el tatuaje podría aprobarse en menos tiempo que otros elementos sanitarios. Sin embargo, para dejar la salud y la vida de las personas en manos de este tatuaje, habrá de pasar un exhaustivo examen clínico.
En cualquier caso, este tipo de tatuajes no son, ni mucho menos, nuevos. El uso de los e-tatoos en medicina lleva tiempo en el punto de mira de los médicos más innovadores. Se ha trabajado con tatuajes que sirven de sensor, electroestimuladores y hasta algunos preparados para liberar sustancias en el torrente sanguíneo. Por supuesto, estos no son tatuajes convencionales, ni están hechos con tinta.
Algunos de ellos son más bien parches especiales y ultrafinos, mientras que otros sí que se inyectan con aguja en la dermis. En cualquier caso, el mundo de los parches electrónicos destinados a afrontar diversos problemas de salud está viendo un auge. Su sencillez, su comodidad y su potencia son la clave para resolver muchos problemas médicos que serían imposibles de afrontar de otra manera.
Imágenes | Unsplash, Universidad de Texas