Estamos a la vuelta de fiestas como Navidades o Reyes Magos, en las cuales se hacen todo tipo de regalos a todos los miembros de la familia, estando muy de moda regalar productos tecnológicos también a los niños.
No me opongo en absoluto a la tecnología, es más, considero que es un poderoso aliado, también para la actividad física y el deporte (cuantificadores, apps para llevar registros, apps de ejercicio...) pero no debemos olvidar que los pequeños son niños, y que la actividad física es vital para que lleguen a ser adultos saludables.
La tecnología debe ser un complemento que no sustituya otros regalos tan tradicionales como una bicicleta, unos patines, un equipo de senderismo, esquí...
La tecnología, bien empleada, es un complemento genial para la actividad física, pero mal utilizada puede hacernos sedentarios, algo muy arriesgado si estamos hablando de niños, donde la actividad física juega un papel esencial en cuanto a la salud en la vida adulta, influyendo el sedentarismo de los niños en la esperanza de vida.
Así que regalos tecnológicos en su justa medida cuando hablemos de niños y siempre, siempre complementados con regalos que obliguen a salir del sofá y a moverse y hacer ejercicio ¿no os parece?
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