Si hace unos días os hablábamos de la importancia que tiene la dieta de la madre en el embarazo, hoy os volvemos a contar algo al respecto. En esta ocasión un estudio reciente concluye que el consumo de una dieta rica en fructosa durante el embarazo, puede causar defectos en la placenta y restringir el crecimiento del feto, lo que podría aumentar el riesgo de un bebé a tener problemas de salud metabólicos a lo largo de su vida.
El estudio fue realizado por la Universidad de Washington en St. Louis y en él se sugiere que la fructosa, un azúcar natural de las frutas y la miel, ha sido popular desde hace décadas entre los fabricantes de alimentos, que lo procesan en jarabe de maíz alto en fructosa utilizado para endulzar los alimentos y bebidas.
El bebé se ve afectado por la dieta de su madre
Ni qué decir tiene que la fructosa que podemos encontrar en los alimentos procesados, que no es exactamente igual a la de la fruta, puede acarrear muchos efectos negativos en nuestra salud, concretamente están vinculados a la diabetes y a la obesidad principalmente.
Desde principios de la década de 1970, estamos consumiendo más cantidad de fructosa de la que deberíamos, y parece que nos cuesta ver y entender que el problema de este exceso de consumo es bastante grave y acarrea problemas muy perjudiciales para nuestra salud debido a sus efectos tan negativos.
En este caso concreto, se pudo observar que los fetos que se desarrollaron bajo un mayor consumo de fructosa por parte de la madre, provocaban que los neonatos, tanto en su niñez como en su etapa adulta, tuvieran más problemas para evitar la obesidad y otros problemas de salud relacionados.
Está claro que el efecto negativo del exceso de azúcar en nuestra sociedad es muy elevado, pero si a eso le añadimos la vida de las personas que vienen a continuación, el problema es aún más grave si cabe.
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