Los guisos no son solo una de las formas más sanas de cocinar, también es una de las técnicas más fáciles y versátiles que además saben a cocina casera de la abuela. Aunque es verdad que salen más ricos con carnes más grasas y de cocciones lentas, es una manera estupenda de usar pechugas de pollo cuando nos cansamos de cocinarlas siempre igual.
Si tienes tiempo, prepara una salmuera para la carne, como explicamos e la receta de pechuga de pollo jugosa con especias, quedará más tierna y sabrosa, pero no es imprescindible. Aquí partimos de sofrito suave al que no hay que meter prisa para que lograr una buena base de sabor, pero la dificultad de la receta es mínima, una vez tienes cortados y preparados todos los ingredientes como se indica en la elaboración.
Calentar un poco de aceite en una olla o cazuela y dorar a fuego fuerte las pechugas troceadas salpimentadas para que cojan color por todas partes, unos 2-3 minutos. Retirar y reservar.
Bajando el fuego, echar en ese aceite la cúrcuma y el comino y dejar qeu suelten su aroma. Añadir la cebolla y pochar hasta que empiece a estar blanda. Añadir el apio y un poco de sal, y cocinar todo hasta que la verdura esté bien tierna.
Incorporar el ajo, el jengibre y la zanahoria, y remover bien. Saltear el conjunto unos 8-10 minutos y echar el boniato. Dar unas vueltas y reincorporar el pollo con los jugos que haya soltado en el plato. Añadir tomillo al gusto, remover y cubrir con el caldo, sin echar todo.

Bajar el fuego cuando empiece a hervir y cocinar a fuego lento hasta que el pollo esté tierno y el boniato muy blando, comprobando que no se queda muy seco y removiendo de vez en cuando. Para espesar, aplastar con un tenedor algunos trozos del boniato, en la olla o sacándolos a un planto y volviéndolos a echar.
Servir con perejil o cilantro fresco al gusto.
Con qué acompañar el guiso de pechugas de pollo con boniato
Una buena guarnición para aprovechar la salsa del guiso son cereales o granos integrales, como cuscús o arroz integral, aunque también podemos tomarlo con un buen pan y nada más. Puede guardarse dos o tres días en la nevera sin problemas en un recipiente hermético.
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