Si tras haber pasado la Nochebuena y Navidad, y más recientemente la Nochevieja, te apetece un plato ligero, reconfortante y que te ayude a recuperar el equilibrio en tu cuerpo después de días de excesos; te mostramos esta receta hidratante y antiinflamatoria que puedes preparar para cenar con sólo tres ingredientes.
Crema de tomate, zanahoria y jengibre
Aprovechando todo el poder hidratante que el tomate puede ofrecer a nuestro cuerpo y las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes derivadas del jengibre, así como los hidratos reconfortantes y que pueden ayudarnos a reducir la fatiga propios de la zanahoria; podemos crear una crema de tomate, zanahoria y jengibre muy ligera y reconfortante.
Para elaborarla sólo necesitamos un kilo de tomate, seis zanahorias, un poco de jengibre molido y condimentos a gusto, pudiendo emplear sal, pimienta, hierbabuena en hojitas u otro de nuestro agrado.
Para elaborar esta crema de tomate, zanahoria y jengibre lavamos los tomates y los cortamos en cuartos para ponerlos (sin retirar pepitas ni pelarlos) en un wok o sartén bien amplia junto a un poco de aceite de oliva.
Cocinamos a fuego lento hasta que los tomates comiencen a soltar su agua y añadimos a la sartén las zanahorias peladas y en trozos pequeños. Continuamos cocinando, removiendo de vez en cuando, durante aproximadamente 35 minutos o hasta que las zanahorias estén tiernas.
Agregamos el jengibre y probamos para rectificar sal, condimentando en este momento a nuestro gusto.
Por último, trituramos con una batidora o en el vaso de un robot de cocina y pasamos por un colador para retirar los trocitos de piel o de pepitas que pueden quedar en la crema.
Este plato servido bien caliente junto a una rebanada de pan integral puede constituir la cena que estamos buscando para deshincharnos, hidratarnos y reconfortarnos tras días de excesos y comilonas.
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Imagen | DAP