La panzanella es una receta italiana de ensalada típica de la zona de la Toscana. Se trata de un plato muy humilde en sus orígenes al que se han ido añadiendo otros ingredientes, y del que cada casa tiene su propia versión. Esencialmente es una ensalada de pan, cebolla, ajo y tomate, pero en esta ocasión os propongo enriquecerla un poco más con esta receta saludable de panzanella con aceitunas y anchoas.
Resulta un plato fresco muy nutritivo con ingredientes típicamente mediterráneos, perfecto para aprovechar restos de pan que se hayan quedado algo duros. Lo ideal es emplear tomates maduros para que la miga absorba los jugos. Las aceitunas aportan una ración de grasas saludables, al igual que las anchoas, que suman además proteínas y convierten esta receta en un plato muy adecuado para estos días de Cuaresma.
Ingredientes por persona
- 1 rebanada de pan estilo rústico, mejor si está algo duro, 1 cebolla roja pequeña, 5-6 tomates cherry maduros, 1 tallo de apio, 1 diente de ajo, 5 aceitunas verdes sin hueso, 3-4 anchoas, 1 puñado de piñones, algunas hojas de albahaca fresca, sal, pimienta negra, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 1/2 cucharadita de vinagre.
Cómo hacer panzanella con aceitunas y anchoas
Tostar ligeramente el pan si es fresco, o remojar en un poco de agua si es pan muy duro. Picar la cebolla y el diente de ajo. Lavar y cortar los tomates en cuartos, procurando recojer los jugos en el cuenco donde vayamos a servir la ensalada.
Retirar los filamentos del apio, escurrir ligeramente las anchoas y cortarlas en trozos pequeños. Lavar y picar la albahaca. Tostar si se desea ligeramente los piñones en una sartén sin aceite.
Disponer los tomates en un cuenco. Añadir el apio, el ajo, la cebolla, las aceitunas y el pan, mezclando bien. Incorporar las anchoas, los piñones y la albahaca picada. Salpimentar ligeramente y mezclar. Aliñar con el aceite de oliva y el vinagre al gusto.
Tiempo de elaboración | 15 minutos Dificultad | Muy fácil
Degustación
Esta panzanella con aceitunas y anchoas es perfecta tanto para servir de almuerzo o cena ligera, como de primer plato de un menú más completo. Podemos prepararla con cierta antelación, ya que además así los sabores se integrarán mejor, reservando el aliño para el momento de servir.
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