Cuscús, arroz y quinoa son los tres granos que rara vez faltan en mi despensa. El primero me gusta mucho por lo rapidísimo que se prepara -se vende ya precocido- y la textura tan rica que tiene, así que suelo cocinar de más. Esta receta de pastelitos salados de cuscús y pimiento es perfecta para aprovechar sobras, pero ya la he repetido cocinando más grano a propósito.
La única dificultad está en ser mañoso a la hora de darles la vuelta en la sartén, por lo que recomiendo siempre tener una de calidad, antiadherente, o una buena plancha para no necesitar casi aceite. Otra opción sería cocinarlos en el horno, aunque perderíamos la textura crujiente exterior tan sabrosa. Quizá se podría apañar una solución intermedia pasándolos por la plancha vuelta y vuelta antes de servir.
Si no tenemos cuscús ya cocido de otras preparaciones, lo podemos preparar en un momento siguiendo las instrucciones del paquete, procurando que quede al dente y seco. Dejar que se enfríe.
Lavar y trocear el pimiento verde en piezas pequeñas, sin las semillas. Podemos usar una variedad picante (habrá que usar dos o tres) o cambiar el pimiento verde por uno rojo. Disponer el cuscús cocido en un recipiente mediano con el pimiento, las especias y una pizca de sal y pimienta.
Añadir el huevo ligeramente batido, remover y agregar la harina de avena. Combinar bien hasta tener una masa homogénea, maleable, húmeda pero que permita formar bolitas compactas. Corregir el punto de la textura con un poco más de avena si fuera necesario.
Engrasar ligeramente una sartén o plancha y cocinar porciones de la masa sin llenar demasiado el espacio. Lo más fácil es tomar porciones con una cuchara grande, dejar que se doren unos 4-5 minutos por un lado a fuego medio, y dar la vuelta aplanándolos con una espátula.
Con qué acompañar los pastelitos de cuscús
Estos sencillos pastelitos salados de cuscús y pimiento se pueden emplear como guarnición de pollo a la plancha, pescado o tofu salteado, o de un plato de legumbres con verduras. También podemos servirlos como primer plato con una ensalada o en forma de plato único en la cena, por ejemplo con pisto o escalivada. En tamaños más pequeños pueden ser un aperitivo de picoteo estupendo. Congelan bastante bien antes y después de cocinados, pero recomiendo pasarlos por la plancha antes de servir.
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