Puesto que no todo van a ser ensaladas y sopas frías en verano, merece la pena recuperar platos que se pueden dejar listos con antelación o perfectos para llevar al trabajo en táper. La carne de ave, más magra y ligera, es la que más se beneficia de recetas como este pollo en salsa de tomate y leche de coco, evitando que se nos quede reseca o sosa.
Basado en la cocina de Madagascar, es una inspiración de otra adaptación de la que, como bien destacan en Mercado Calabajío, podríamos definirlo como un curry más suave, meloso y muy, muy fácil. Se pueden añadir especias al gusto, o darle un toque más o menos picante.
Limpiar el pollo si hiciera falta, secándolo con papel de cocina pero nunca bajo el agua. Trocear en piezas de un pocado, retirando excesos de grasa o piel, y disponer en una fuente. Salpimentar generosamente y añadir la ralladura del limón, su zumo, el jengibre rallado fino y una cucharada de aceite de oliva. Remover bien, tapar conn plástico film y reservar en la nevera como mínimo 1 hora.
Picar el puerro y la cebolleta. Pelar y picar los tomates si se usaran al natural. Picar la guindilla retirando las semillas para que no sea tan picante (o dejar, si nos gusta fuerte). Picar muy fino el ajo, sin el germen interior para que sea más suave.
Calentar un poco de aceite en una cazuela grande y pochar la cebolleta con el puerro y una pizca de sal. Cuando estén transparentes, añadir el ajo, la guindilla y el pollo con todos los jugos del marinado. Dorar a fuego medio unos 10 minutos para que se marque bien por todas partes.
Incorporar el tomate, aplastándolo bien, y remover. Echar por último la leche de coco, remover y llevar a ebullición. Bajar el fuego y dejar cocer sin prisas durante unos 40-45 minutos. Dejar que reduzca al gusto.
Con qué acompañar el pollo en salsa de leche de coco
Un plato como este pollo en salsa de leche de coco pide una guarnición que aproveche bien los jugos, como arroz blanco, cuscús, quinoa o incluso algo de pasta corta sencilla. Lo ideal es añadir verduras al menú, incluso sumándolas al mismo plato; el brócoli y la coliflor van muy bien con una salsa así.