Mantenernos hidratados cuando llegan los meses de más calor es importante para nuestro organismo y a muchas personas les surge el "problema" de que no les gusta hidratarse con agua, que debería ser siempre la primera opción, porque evidentemente no tiene sabor. En estos casos una buena alternativa puede ser la limonada casera, elaborada por nosotros mismos.
Además de ser una bebida refrescante y ya con un cierto sabor, lo cual puede ayudar a que bebamos un poco más, también tiene otros beneficios para nuestro organismo. Os contamos cómo preparar limonada en vuestra propia casa y qué aporta a nuestro cuerpo.
Cómo preparar limonada casera (y cómo tunear la receta tradicional)
Preparar limonada casera no puede ser más sencillo: solamente necesitamos unos cuantos limones de zumo, agua fría y hielo. Personalmente, suelo usar el zumo de dos limones para cada dos litros de agua: de esta manera consigo que no tenga un sabor muy fuerte y así no tengo que utilizar ningún endulzante (la receta tradicional de limonada lleva azúcar para mitigar el sabor ácido del limón). Si utilizáis limones Meyer, que son más dulces, tampoco necesitaréis endulzarla.
La limonada admite además muchas variaciones que podéis ir probando para combinarlas o hasta encontrar la que más os guste. Os dejamos algunas ideas:
- Incluir unas hojas de menta o de hierbabuena para darle un toque más fresquito a nuestro refresco: podemos servirlo con una rodaja de limón fresco.
- Añadir otras frutas para darle un toque de sabor diferente: podemos utilizar, por ejemplo, fresas. Solo tenemos que pasar dos puñados de fresas por al batidora y después añadir nuestra limonada ya preparada y licuarlo todo bien. Lo dejamos en la nevera para servir bien fría y voilá! una limonada original.
- Utilizar agua con gas para preparar nuestra limonada (en lugar de agua del grifo): ideal apra conseguir otro tipo de sabor y textura.
- Congelar rodajas de limón o trozos de otras frutas frescas para utilizar como si fueran cubitos de hielo: de esta forma evitarás que la bebida se agüe demasiado.
¿Qué beneficios nos aporta la limonada?
Además de ayudar a mantenernos hidratados, la limonada, gracias al zumo de limón, aporta vitamina C a nuestro organismo, un potenciador del sistema inmune. También nos ayuda a sobrellevar las digestiones pesadas, ya que aumenta la secreción gástrica: una limonada o un sorbete de limón casero después de una comida copiosa puede ayudarnos a hacer mejor la digestión.
Algo interesante es que beber limonada casera puede desplazar el consumo de otras bebidas menos saludables como pueden ser los refrescos azucarados. Aunque pueda parecernos mentira, muchas personas se hidratan diariamente a base de refrescos azucarados y nada más: pasar de este tipo de bebidas a una limonada natural hecha en casa, en la que controlamos los ingredientes, ya puede ser beneficioso para ellos.
Es importante, también, desmentir algunos mitos: quizás el más conocido de todos es que el agua con limón, tomada en ayunas, adelgaza. Como apunta el dietista-nutricionista Aitor Sánchez en esta entrevista en la cadena Ser, el agua con limón, ya sea fría o templada, en ayunas o durante el día, es simplemente agua con limón. Ni tiene poder detox, ni nos hace adelgazar: simplemente nos hidrata.
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