Tartar de salmón y aguacate: receta saludable baja en hidratos

Tartar de salmón y aguacate: receta saludable baja en hidratos

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Tartar de salmón y aguacate: receta saludable baja en hidratos

El tartar original se prepara con carne cruda, picada y aderezada con salsa tártara, pero si algo caracteriza a la gastronomía es su capacidad de evolucionar, reinventarse y adaptarse. Las versiones de pescado son muy populares, especialmente una combinación que triunfa en el mundo fit: el tartar de salmón y aguacate, una receta de lo más saludable y sencilla.

Muchos restaurantes lo sirven con arroz, a veces dando la impresión de que así se ahorran agregar más "chicha", pero personalmente me gusta más la versión pura, rica en proteínas y grasas saludables de alta calidad. Podemos presentarlo en dos versiones, por capas diferenciadas o, algo más tradicional, mezclando todo junto.

Este plato se puede elaborar con salmón ahumado, si el pescado crudo no es nuestra pasión, aunque no conviene abusar de los ahumados por la cantidad de sodio que pueden llevar. El salmón, eso sí, hay que congelarlo como mínimo 5 días en casa si lo compramos fresco, para evitar riesgos de anisakis.

Se trata de una elaboración de lo más sencilla que no requiere ningún cocinado. Sí es aconsejable un margen de tiempo de marinado para que el pescado coja buen sabor y mejore su textura, así también se pierde el aspecto de crudo, ya que los ácidos de la salsa lo "cocinan", en cierta manera.

También es importante que cuidemos el punto de madurez del aguacate ya que, si están muy verdes, no solo será difícil cortarlos sino que el tartar no estará tan bueno.

Si no encontramos aguacates maduros, aquí os dejamos una idea para madurar vuestros aguacates en el microondas en tan solo unos minutos. Punto perfecto para el plato perfecto.

Ingredientes

Para 2 personas
  • Salmón fresco en filetes (pesado ya limpio) 200 g
  • Aguacate en su punto de maduración 1
  • Limón
  • Lima 1
  • Cebolleta
  • Alcaparras 15
  • Pepinillos (opcional) 15
  • Mostaza 5 ml
  • Salsa Worcestershire o Perrins 5 ml
  • Salsa de soja baja en sal
  • Aceite de oliva virgen extra 20 ml
  • Salsa picante unas gotas, al gusto (opcional)
  • Cebollino y perejil y/o cilantro al gusto

Cómo hacer Tartar de salmón y aguacate

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 10 m
  • Elaboración 10 m
  • Reposo 30 m

Si compramos salmón fresco, como comentamos al principio, hay que congelarlo en un congelador de, mínimo, tres estrellas durante cinco días. La descongelación la haremos la víspera en la parte menos fría de la nevera.

Con un buen cuchillo, retirar la piel y posibles espinas que pueda tener la pieza. Cortar en dados pequeños de, aproximadamente, el mismo tamaño, y colocar en un cuenco. Picar el pepinillo y las alcaparras ligeramente y agregarlas al salmón.

Añadir el zumo de la lima, la mostaza, la salsa Worcestershire, la salsa de soja, 15 ml de aceite de oliva (una cucharada rasa), salsa picante (si usamos) y un poco de cebollino o cilantro picado. Mezclar bien, tapar y dejar reposar en la nevera unos 30 minutos.

Pasado ese tiempo, abrir el aguacate por la mitad, sacar el hueso y extraer la carne con cuidado. Picar en cubos del mismo tamaño del salmón y mezclar en un cuenco con el zumo de medio limón, la cucharadita de aceite de oliva restante, pimienta negra y cebollino o cilantro picado.

Montar las raciones con un aro de emplatar ligeramente engrasado con aceite. Para hacerlo en capas, poner primero una base con la mitad de aguacate, presionando pero sin machacar, y agregar encima la mitad del salmón. Combinar ambos cuencos sobrantes y formar el segundo tartar. Decorar con hierbas al gusto.

tartar salmón

Con qué acompañar el tartar de salmón y aguacate

Este tipo de elaboraciones en crudo piden ser degustadas al momento, más aún cuando hemos emplatado con un aro, pues corren el riesgo de desmontarse; además de que el aguacate se irá oxidando.

Podemos acompañar el tartar de salmón y aguacate con una ensalada fresca que sea bien crujiente, para dar un contrapunto de texturas, o una guarnición de arroz o quinoa si queremos agregar hidratos sencillos.

Es un buen plato para tomar tal cual en la cena junto a una rebanada de pan integral o para servir de primero en un menú compartido que complete en términos nutricionales el tartar, ya que por sí sólo resulta muy bajo en hidratos.

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