En alguna ocasión ya os he dicho que no soy muy cocinillas, así que las recetas que comparto con vosotros siempre son de cosas súper fáciles, como estos smoothies o estas ideas de picoteo sano que no necesitan meternos mucho en harina (nunca mejor dicho). Hoy os traigo una receta extra fácil ideal para cuando tengáis antojo de dulce: helado de plátano hecho en casa.
¿Qué vamos a necesitar? Lo único que necesitaremos serán dos plátanos (o más, dependiendo de la cantidad que queráis hacer, pero con dos plátanos queda una ración generosa para una persona), el refrigerador y una batidora. Solo esto. A mí me ha quedado bien a la primera, así que es imposible hacerlo mal. Vamos con la elaboración.
Cogemos los dos plátanos maduros, los pelamos y los troceamos en rodajas medianas. Los colocamos en un plato o tupper y los metemos en el refrigerador. Los dejamos congelar como mínimo dos horas, aunque yo los he dejado toda la noche y ha salido bien. Una vez estén congeladas las rodajas las colocamos en el vaso de la batidora y batimos hasta que quede una crema no demasiado líquida. Voilà! ¡Listo nuestro helado!
Al principio tenía miedo de que quedara demasiado líquido, en plan batido, pero os aseguro que la textura es igual a la de un helado de los de tarrina. No hace falta que endulcéis con nada: si los plátanos estaban bastante maduros ya aportan suficiente dulzor.
Este pseudo-helado es perfecto para un postre o incluso para acompañar unas tortitas de avena. Podéis mejorarlo con unos trocitos de cacahuete por encima, o espolvoreando canela o polvos de cacao desgrasado. ¿Qué más se os ocurre a vosotros?
Bon appétit!
Imagen | Pixabay
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