Disponible todo el año, el calabacín está de plena temporada en verano, y es una hortaliza perfecta para cuidar la dieta en casi cualquier circunstancia o necesidad. Se puede adaptar a una dieta cetogénica o baja en hidratos, por ejemplo con estas tortitas en las que se combina con queso, huevos y los aderezos que más nos gusten.
Hemos usado queso emmental rallado pero puedes emplear otro de tu gusto, que sea de buena calidad, ligeramente fundente pero no excesivamente curado o fresco. Para que salgan tortitas más fáciles de manejar, recomendamos rallar el calabacín (o calabacines, según tamaño) y dejarlo escurrir un rato para que suelte parte de su agua.
El otro ingrediente que ayuda a cohesionar la masa es el lino molido; si no tienes, utiliza almendra molida o maizena, o alguna otra semilla o fruto seco molida. Puedes añadir especias picantes, curry, pimentón... o usar también hierbas aromáticas frescas muy picadas.
Lavar, secar y cortar las puntas del calabacín o calabacines (según tamaño). Rallar con los orificios gruesos de un rallador manual, o usar un procesador de alimentos. Disponer en un colador sobre el fregadero o un recipiente adecuado, añadir un poco de sal, remover y dejar 15-20 minutos.
Estrujar con las manos para sacar el máximo de agua posible. Batir los huevos en otro recipiente con unas varillas manuales, añadir especias al gusto, un poco de sal y el lino molido. Incorporar el calabacín y el queso, y mezclar hasta tener una masa homogénea.
Calentar una plancha o sartén antiadherente, engrasar con un poco de aceite y cocinar las tortitas depositando cucharones de masa al gusto, dejándolas gorditas. Se les puede dar forma redondeada con una espátula o lengua pastelera juntando los bordes mientras se cocina.
Es preferible no poner muchas unidades a la vez, para controlarlas mejor. A fuego medio, cocinar dos o tres minutos antes de darles la vuelta con una espátula, dorándolas por la otra cara al gusto. Retirar a una bandeja y continuar con el resto de masa.
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Con qué acompañar las tortitas de calabacín y queso
Según el tamaño nos saldrán más o menos unidades que podemos tomar a cualquier hora del día, recién hechas o recalentadas en microondas, horno con calor residual o de nuevo a la plancha, vuelta y vuelta. Podemos tomarlas de entrante o plato único con una ensalada, tomate aliñado o pisto casero, por ejemplo. Si no las vamos a consumir en dos días, guardadas en un recipiente hermético, es mejor envolverlas individualmente y congelarlas.
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