En Navidad nos merecemos disfrutar de todo lo que rodea a las fiestas sin obsesionarnos con la báscula, sin volvernos locos y reservando los mayores excesos a los días más puntuales. No pasa nada por comer algunos dulces de forma moderada, pero también podemos darnos esos caprichos con elaboraciones caseras algo más saludables, por ejemplo haciendo nuestros propios polvorones y turrones.
El turrón de chocolate crujiente es ya uno de los más típicos que no suelen faltar en ninguna casa y que no solo gustan a los más pequeños. También es de los más sencillos de preparar, y podemos escoger ingredientes mucho más nutritivos que los que utilizan normalmente las principales compañías comerciales, como ha dejado clara la OCU en su reciente análisis.
Como siempre, recomendamos utilizar un chocolate negro de calidad sin azúcar o, si los edulcorantes te sientan regular -pueden causar hinchazón y gases-, con muy alto porcentaje en cacao, mínimo del 85 %. Para hacerlo más cremoso y suave lo mezclamos con un poco de mantequilla o crema de cacahuete y aceite de coco virgen, pero si no tienes puedes usar aceite de oliva o usar más crema de fruto seco.
Los moldes para turrón de silicona son fáciles de encontrar con acabados lisos o con formas decorativas, pero para usarlo una o dos veces al año nos podemos apañar con un tetrabrick de leche cortado por la mitad, lavado y seco, que tiene la forma perfecta y desmolda muy fácilmente.
Preparar en primer lugar el molde si vas a usar un brick de leche vacío. Cortar por la mitad longitudinal, procurando que no se desmonte y dejando la parte trasera, la que no tenga el tapón de rosca. Lavar, y secar; si se ha deformado un poco, sujetar los pliegues con unas pinzas de ropa.
Trocear el chocolate y fundir al baño maría a temperatura suave, removiendo con una lengua pastelera o cuchara. Añadir la mantequilla de cacahuete y el aceite; podemos agregar también una pizca de sal crujiente, ralladura de naranja, vainilla, etc.
Llenar el molde con la quinoa inflada (añadir más o menos según la capacidad del molde o al gusto) y verter el chocolate con cuidado. Repartir bien homogéneamente con una espátula o el dorso de una cuchara, dejándolo liso. Esperar un poco a que se enfríe y llevar a la nevera hasta que esté sólido.
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Con qué acompañar el turrón de chocolate crujiente
Una vez solidificado solo hay que extraer con cuidado el turrón abriendo el brick o desmoldando el molde flexible, y cortarlo en porciones sobre una tabla con un cuchillo bien afilado. Podemos acompañarlo con el café o infusión de sobremesa después de la cena de Nochebuena, Nochevieja o la comida de Navidad, o cuando tengamos visitas en casa algún día de las fiestas, junto con algo de fruta de temporada, como mandarias o granada.
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