Ante ciertas situaciones extraordinarias, el ser humano puede ver alteradas sus emociones y rutinas respecto al entorno que le rodea. Esto puede traducirse en ciertos problemas de salud que son susceptibles de agravarse con el paso del tiempo.
Uno de estos problemas es la ansiedad, un mecanismo de defensa que utiliza nuestro cuerpo ante ciertos desajustes y cambios bruscos que pueden producirse a nuestro alrededor. Sin embargo, la ansiedad también puede alterar la forma que tenemos de alimentarnos.
Desde Vitónica hemos consultado con dos expertas en el ámbito de la psicología y la nutrición para que nos ayuden a comprender cómo puede llegar a influir la ansiedad en nuestros hábitos alimentarios y de qué forma podemos controlarla: Xabe Delgado, dietista-nutricionista y creadora del proyecto 'Nutrición con Xabe' y Claudia Nicolasa, psicóloga y divulgadora que además ofrece herramientas para combatir la ansiedad en sus perfiles de Instagram y YouTube.
Es importante conocer el origen del problema
Nutrición y psicología son dos disciplinas íntimamente relacionadas. Por ello, un enfoque que contemple a ambas ramas de la ciencia será clave para abordar los problemas de peso que sufren multitud de personas.
Para Claudia Nicolasa, el problema real reside en nuestra concepción negativa de las emociones y la ansiedad, ya que tratamos de erradicarlas y controlarlas como si se trataran de algo molesto: "Hay que hacer un cambio de paradigma y comprender que la ansiedad y las emociones tienen una base fisiológica, nos han acompañado durante siglos para que aprendamos y podamos sobrevivir; nos avisan de lo que sucede en nuestro entorno, así como también dentro de nosotros, para que podamos estudiar la situación y actuar adecuadamente".
La psicóloga también destaca que debemos agradecer a nuestro cuerpo cuando nos comunica que algo no está yendo bien: "Debemos abrir un paréntesis entre la ansiedad y el acto de comer donde dejemos de traducir automáticamente ansiedad o emoción en comida, y donde nos sentemos a escuchar qué nos quiere decir esa señal".
Sin embargo, identificar el origen real de la ansiedad no resulta tarea fácil. Según nos explica Claudia, existen diferentes motivos por los cuales una persona puede sentir este apetito desmesurado, y conviene hacer un estudio en profundidad de cada caso particular por un profesional cualificado: "Debemos darnos cuenta de que el problema en sí no es la comida, estamos llenando otro problema a través de ella y deberíamos reflexionar sobre cuál es ese vacío que tratamos de completar".
Mantener hábitos alimentarios saludables resulta clave
Existen diferentes hábitos alimentarios que, según nos cuenta Xabe Delgado, podrían ser claves para reducir la ansiedad por comer de una forma concreta: "Lo más importante es la calidad de los alimentos que incluimos en el plato y el tiempo que tardamos en comerlos".
La dietista-nutricionista también destaca la importancia de incluir una elevada cantidad de verduras en las comidas principales e intentar comer sin distracciones, entre otros trucos: "Podemos practicar hábitos que nos ayuden a mantenernos saciados y gestionar mejor esa ansiedad, como comer con la otra mano, dejar el cubierto en la mesa cada vez que hayamos tomado un bocado, o practicar el manejo con palillos chinos, que es toda una aventura".
Ante la pregunta de si es importante mantener unos horarios estables durante las comidas, Xabe se muestra contundente: "Mi respuesta es un sí rotundo. Tener unos horarios para levantarnos, hacer tareas, deporte, y también comer, es una parte muy importante que nos ayuda a mantener cierta normalidad. Seguir los horarios que teníamos habitualmente nos ayudará muchísimo a que no se produzcan esas sensaciones de hambre y episodios de visitas a la nevera continuos".
También podríamos creer en la existencia de alimentos concretos que nos ayuden a controlar la ansiedad pero, según nos explica la dietista-nutricionista, el asunto no es tan sencillo como parece: "Aunque existen alimentos más saciantes que otros, el punto de saciedad no es igual en todo el mundo y dependerá de muchísimos factores y de cómo cada persona gestione su alimentación. Aun así, recomiendo incluir muchas verduras a modo de crudités o junto a nuestro plato principal, una buena porción de proteína en nuestro plato y cereales en su versión integral".
Cómo disminuir la ansiedad por comer
En momento determinados de nuestra vida, como por ejemplo durante el confinamiento por coronavirus, resulta bastante sencillo que la ansiedad florezca en nuestro interior y nos haga desarrollar una peor relación con la comida.
Para Xabe, es muy importante marcar diferencias entre las tareas y horarios en los sucesivos días de la semana. De esta forma conseguiremos mantener una rutina y cierto orden en nuestro entorno: "Creo que es primordial plantear la semana en función de los días para evitar esos '¿y qué día es hoy?'. Llevándolo al terreno de la alimentación, siempre suelo decir que si en los fines de semana se tenía como costumbre hacer algo más 'especial' como salir a comer una paella o hacer pizza, que se siga haciendo aunque sea en casa y de manera virtual con los amigos y familiares".
"Lo más importante es mantenernos ocupados, tener horarios y planificar nuestras comidas. Dentro de nuestros horarios también debemos sumar elementos que nos aporten bienestar, como por ejemplo incluir nuevas recetas saludables y compartirlas con nuestros seres queridos", declara Xabe tras preguntarle por medidas concretas que podemos aplicar en nuestro día a día para mantener a raya ciertos impulsos hacia la comida.
También resulta muy importante tomar medidas preventivas con la finalidad de disminuir la ansiedad que podemos sentir en momentos concretos, sobre todo si ya estamos habituados a este problema, ya que podremos anticiparnos y tomar medidas. En este sentido, Xabe lo tiene claro: "Un primer paso para ello es llevar un registro de los momentos previos a cuando hemos recurrido a la comida: qué ha podido suceder, qué hemos podido ver, qué hemos podido sentir o pensar… Analizar los antecedentes nos aporta mucha información sobre nuestro vacío".
Así es cómo debemos afrontar el confinamiento
Claudia Nicolasa nos explica las diferentes particularidades que entraña una situación de encierro total, ya que no afecta a todos por igual y depende en gran medida por las circunstancias individuales de cada persona: "Las consecuencias de estar encerrado no son iguales para alguien que haya perdido su empleo o a un ser querido al igual que no es lo mismo vivir en una casa agradable con tu familia y buenos espacios que estar solo o en una vivienda con conflictos o poco acogedora".
La psicóloga resalta la importancia de no concebir estas semanas como un domingo de resaca, en pijama y mala cara esperando a que todo termine sin esfuerzo: "Debemos crear una rutina diaria, pero que también haya días que sean distintos, como tu propio fin de semana, cuidarse y arreglarse con ilusión de vez en cuando aunque sea para estar en casa, hacer actividades placenteras pero también productivas, aprovechar para explorar nuevos campos o nuevas áreas de ti mismo".
"Estar confinado es algo desagradable para todos. Existirán días más positivos y otros días muy negativos, y eso es algo comprensible. No eres débil o un perdedor por tener estos días de bajón, pero debes intentar que la línea general sea de buena actitud. Hay que recordar que todo esto terminará en algún momento y que podemos llegar a ese final orgullosos de habernos cuidado y de habernos hecho más fuertes", nos explica Claudia para finalizar, destacando la importancia de afrontar el confinamiento como un momento puntual en el tiempo que, como tal, tarde o temprano acabará, permitiendo que todo vuelva a la normalidad.
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