Para muchas mujeres el embarazo supone un punto de inflexión a la hora de medir su rendimiento en lo que a actividad deportiva se refiere, y es que cuando una mujer se queda embarazada el ritmo de los entrenamientos desciende, hasta tal punto que muchas mujeres deben abandonar el deporte durante la gestación. Una vez se haya tenido al bebé, se pueden retomar los entrenamientos, pero es necesario saber cómo. Por ello en Vitónica queremos dar algunas pautas para hacerlo de la mejor manera posible.
Después del parto el cuerpo de la mujer necesita volver a su estado habitual, y por ello es importante que las prisas se queden de lado y que la mujer sea consciente de que lo fundamental es el descanso y escuchar al cuerpo. Nunca hay que obligarle a hacer más de lo que puede, pues el parto supone un desajusta hormonal muy grande que afecta al organismo en conjunto, y por ello es necesario saber avanzar poco a poco en lo que a actividad deportiva se refiere.
Primera fase
Tras el parto es primordial que establezcamos una serie de fases. La primera serán los primeros días tras el parto. Esta fase se caracteriza por una necesidad de que el organismo se adapte de nuevo a la actividad de manera lenta y suave. Por eso en esta fase es recomendable que la mujer solo de paseos. Se puede practicar algo de natación, pero evitando los sobre esfuerzos. Para nada es recomendable realizar entrenamiento con pesos y cargas.
Segunda fase
Esta actividad la realizaremos durante los primeros cuarenta días después del parto. Una vez pasado este tiempo entraremos en la segunda fase que consistirá en fortalecer la zona del perineo. Como por el segundo mes es importante que los órganos vuelvan a su sitio, y para ello es necesario que fortalezcamos la zona interna de la pelvis. Una manera de hacerlo es mediante los ejercicios de Kegel, aunque se puede conseguir mediante la realización de abdominales hipopresivos que fortalezcan la zona pélvica interna.
Tercera fase
Una vez hayamos fortalecido la zona del perineo pasaremos a fortalecer la parte de la cintura y los muslos que se han resentido bastante con el embarazo. Para ello lo que haremos será realizar ejercicios para la cintura y las piernas, sobre todo la cara interna de los muslos, los abductores son una parte a fortalecer al segundo o tercer mes de haber dado a luz. El trabajo abdominal es fundamental en esta fase para recuperar la firmeza del vientre y tonificar esta parte del cuerpo.
Cuarta fase
La siguiente fase que tendrá lugar como al cuarto quinto mes después del embarazo será la que nos centraremos en el ejercicio aeróbico. Una vez devuelto a los músculos su tonificación podemos poner a funcionar nuestro metabolismo a través del ejercicio aeróbico suave. Podemos llevar a cabo actividades de bajo impacto como la bicicleta o la elíptica para acostumbrar de nuevo a nuestro organismo a este tipo de actividad y así conseguir perder los posibles kilos de más que hayamos ganado en el embarazo.
Esta vuelta al deporte progresiva y de manera lenta es fundamental, ya que durante el embarazo la mujer ha sufrido una serie de cambios en su musculatura para adaptarse al feto. Estos músculos tardarán unos cinco meses en volver a ser lo que eran, por ello es necesario que tengamos paciencia y sepamos respetar los tiempos a la hora de entrenar. Nunca hay que lanzarse a practicar deporte sin más, sino que debemos tener muy en cuenta los tiempos. Ni que decir tiene que son muy recomendables los masajes y los drenajes para evitar retenciones de líquidos y molestias derivadas del embarazo.
Imagen | maria paz vargas
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PITI PINSACH AMETLLER
Permítanme que haga la sugerencia que tal vez convendría valorar que es lo que tiene y que es lo que pierde el suelo pélvico, fuerza o tono. Tal vez convendría tener en consideración su histología. Y la histología de un grupo muscular suele estar de acuerdo con su acción. En un cuádriceps no hay tejido conjuntivo y muy pocas fibras pequeñas, tipo I, en cambio si muchas fibras grandes, tipo II, pues su función es la de crear movimiento para andar, correr, sentarnos levantarnos, saltar. La faja abdominal y el periné (grupos musculares implicados y que sufren en el embarazo y el parto) tienen una histología diferente pues una de sus funciones es la de sostener los órganos internos. No tienen que hacer fuerza para movernos, saltar, correr,...Debe soportar y esto no es fuerza, es tono de base o de reposo que lo podríamos definir como una activación refleja (mantener tensión sin tener que pensar en tensar la musculatura). Probablemente debido a la evolución (cuadrúpedos a bípedos) y a su función, soporte. Su histología actual es, aproximadamente, un 80% de tejido conjuntivo, un 20% de fibras estriadas y de este 20% el 80% son pequeñas fibras, tipo I y sólo un 20% grandes fibras tipo II. Así pues entrenar con ejercicios de contracción voluntaria, de fuerza, Kegel por ejemplo. Tal vez no es lo más ecofisiológico pues no respeta su histología ni su función. Tal vez lo que se debería pensar en realizar, después de un parto, es ayudar a recolocar los órganos internos (más de un 40% de las mujeres sufren un prolapso con el parto) y contraer el suelo pélvico (Kegel)no va a ascender el útero o la vejiga. Convendría crear una disminución de presión en la cavidad abdominal, una aspiración diafragmática y el único método que lo logra es el hipopresivo. Se recomienda, en un parto natural (sin intervención quirúrgica ni lesión) y si la mujer ya hacía hipopresivos (como debiera haber hecho para tener tono en el suelo pélvico y ayudar al parto), realizar hipopresivos los tres días después del parto pues ayuda a la involución uterina (reducir el tamaño del útero. Después puede esperar varias semanas para dar pecho y cuidar del bebé para, después de uno a tres meses, realizar hipopresivos de forma constante y con una progresión lógica. TONO VERSUS FUERZA, HIPOPRESVIOS - KEGEL Tal vez convenga también algo de fuerza (20% del 20%) aunque conviene tener en consideración que el que ha quedado maltrecho es el tejido conjuntivo. Hacer contracciones voluntarias no aumenta el riego sanguíneo tanto como hacer hipopresivos. Sin aporte sanguíneo suficiente será más difícil la regeneración. Deseo haber sido de ayuda y reciban un cordial saludo, Piti Pinsach