Lo hemos visto representado en infinidad de series y películas: la famosa "crisis de los 40" en la que los protagonistas que cumplen esa edad - especialmente personajes masculinos - pasan por una especie de crisis existencial que les lleva a tener comportamientos nuevos, descontrolados e impulsivos como comprarse un Ferrari, apuntarse a una actividad deportiva extrema a pesar de llevar años sin ejercitarse o, por supuesto, irse con una rubia despampanante y escandalosamente joven.
Según la sabiduría popular, todos estos comportamientos irracionales se deberían al hecho de ser conscientes de repente de que la juventud está pasando, que ahora en su vida todo son responsabilidades y que tal vez no haya otro momento para algunas cosas. Esa es la versión de popular reforzada por la ficción, pero ¿existe de verdad la crisis de la mediana edad o es tan solo una excusa? ¿Qué hay detrás de estos comportamientos? Vamos a intentar esclarecerlo.
Existe o no existe la crisis de la mediana edad
La respuesta sencilla es que no, no existe la crisis de la mediana edad o de los 40 años. No se trata de ninguna patología, trastorno o crisis que sea diagnosticable o que requiera un tratamiento específico. Una de las investigaciones más grandes con respecto a esta crisis, llamada MIDUS (Midlife in the United States) comenzó en 1995 a estudiar a las personas de mediana edad en Estados Unidos y lo que han encontrado hasta ahora es que en general, la gente que ronda los 40 años suele estar en un buen momento laboral, con buena salud y una vida activa y se declaran bastante satisfechos con su vida.
Tan solo entre el 10 y el 20% de la población americana asegura sufrir la crisis de la mediana edad. Entre estas personas, la crisis suele ir asociada a otras situaciones como un divorcio, la pérdida del trabajo, o algún otro cambio posiblemente estresante.
Recientes investigaciones, de hace tan solo dos años, encuentran que, en general, la gente es más feliz alrededor de los 40 años de lo que lo eran a los 18. Nada de crisis de la mediana edad. Algunos investigadores aseguran que esta llamada "crisis" es más bien un constructo social, algo que se nos ha dicho que vamos a sufrir, pero que no tiene por qué ser así.
No es una crisis de la mediana edad, sino momentos vitales estresantes
En el caso de esta presunta crisis sucede parecido a lo que ocurre con el llamado síndrome post vacacional: las personas necesitamos un tiempo para adaptarnos a los cambios y esto puede provocar tensión durante un periodo de tiempo puntual.
Algo similar ocurre en algunos momentos vitales, en los que se dan situaciones como cambios en el estilo de vida, tener o no tener hijos, divorcios o separaciones, cambios de empleo, fallecimiento de los progenitores, graduación de los hijos, etc. En estos casos es posible que los cambios nos superen y nos hagan sufrir. Necesitamos un tiempo para adaptarnos a la nueva situación y es posible que sintamos cierto malestar y desajuste mientras tanto.
Uno de los aspectos que puede causar tensión es el sentir que la vida está cambiando excesivamente porque te haces mayor. Además, nuestra sociedad valora mucho la belleza física, la vitalidad y la juventud en general. Es posible que sentir que estamos perdiendo esas cualidades nos suponga un momento de tensión y de reevaluación de nuestra situación vital. Sin embargo, esto no tiene por qué ocurrirle a todo el mundo, ni que ocurrir siempre cerca de los 40 años.
Los humanos necesitamos tiempo para adaptarnos a los cambios y esto puede provocar cierto malestar y tensión independientemente de nuestra edad
Es posible que algunas personas se sientan así a los 25 años, otras a los 30, alguna quizás pasados los 50 o tal vez nunca. En cualquier caso, sí que es verdad que en algunos momentos de nuestras vidas podemos pararnos a pensar si lo que estamos haciendo es lo que queremos para siempre o si estamos satisfechos con nuestra situación vital y es posible que en estos casos se cree una cierta tensión o malestar si la valoración no es positiva.
Esta misma valoración o situación se puede dar, sin embargo, en otros momentos vitales que nada tiene que ver con acercarnos a los 40 años, por ejemplo ,cuando padecemos nosotros, o alguien cercano, una enfermedad grave, incluso cuando la superamos. Por ello, como decimos, no existe una crisis de la mediana edad, pero lo que sí existen son tensiones vitales que debemos superar.
En cualquier caso, ocurra en el momento de la vida o a la edad a la que ocurra, si estas tensiones crean un malestar grave que nos cueste superar, acudir a un psicólogo o profesional de la salud mental puede ayudarnos a superarlo y adaptarnos de manera más saludable.
Imágenes | Wild Hogs, American Beauty, Pixabay
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