Con la llegada del otoño y la bajada de temperaturas se hace más agradable volver a entrenar a buen ritmo, después del parón que suele suponer el verano, donde las vacaciones, para algunos, puede suponer una disminución en las actividades de ejercicio, sobre todo en cuanto a su intensidad.
Aunque el verano es una buena época para disfrutar del buen tiempo, el otoño da paso a un tiempo agradable con unas temperaturas no tan elevadas, ideales para volver a entrenar a intensidad y reponerse del posible bajón sufrido por el parón del verano. Entrenar en otoño es una buena forma de preparar al organismo para el invierno, un tiempo más exigente.
Ya sea la vuelta al gimnasio como a cualquier otro tipo de actividad física, el otoño puede ser una buena época para cambiar el plan de entrenamiento, ponernos unos objetivos algo más complejos o probar cualquier otro tipo de variación en nuestro entrenamiento. Para los que hayan tenido vacaciones en verano con baja actividad (aunque siempre hay ejercicios que se pueden practicar en cualquier parte) el hecho de pedir más intensidad en otoño tampoco es disparatado.
Es cierto que el cuerpo estará más débil después de una temporada de actividad baja, pero también ha podido descansar y guardar fuerzas para volver a rendir a un buen nivel, incluso realizando un entrenamiento que progrese y añada más dificultad de la habitual.
Y vosotros ¿Cómo estáis aprovechando el otoño? ¿Habéis incluido alguna variación o reto a vuestro entrenamiento?
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Imagen | Elvert Barnes
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