Nuestro sistema inmunitario es nuestro sistema de defensa natural ante agentes externos e internos.
No obstante, resulta que desde que estamos en el vientre de nuestra madre nuestro sistema inmunitario va siendo expuesto a agentes extraños que potencialmente podrían poner en jaque nuestra salud. Esta es la clave para tener un sistema inmunitario fuerte: la exposición controlada a agentes extraños.
En este artículo te explicamos cómo puedes entrenar y mantener fuerte tu sistema inmunitario para permanecer protegido frente a infecciones y enfermedades.
Entrena y mantente activo
Que debemos practicar ejercicio físico para una buena salud creo que no sorprende a ninguno de nosotros a estas alturas. Resulta que la fortaleza y eficiencia de nuestro sistema inmunitario también depende de ello puesto que aunque a corto plazo la práctica de ejercicio físico puede provocar una bajada de defensas, a media y a largo plazo las eleva.
Al final, el entrenamiento no deja de ser un estresor para nuestro cuerpo y la exposición estratégica y constante a un estresor de este tipo mejora la función de nuestro sistema inmunitario.
Aliméntate, hidrátate y descansa correctamente
Muy relacionado con el punto anterior ya que son las cosas que siempre recomienda cualquier profesional de la salud, ya no solo de cara al sistema inmunitario, sino en general. Vamos a hablar parte por parte:
- Respecto a la alimentación, procura que la base de la misma sean alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales, tubérculos, aceite de oliva virgen o semillas. En 2022 tenemos ya mucha evidencia disponible que nos permite saber que cuánto más se base un patrón alimentario en alimentos de origen vegetal, mejor.
- Respecto a la hidratación, procura mantenerte siempre hidratado, lo que implica un consumo más o menos constante y homogéneo de agua a lo largo del día, sobre todo en verano. Al final, nuestro cuerpo trata siempre de mantener un equilibrio constante en el balance de electrolitos (minerales con carga eléctrica) que debe haber por ejemplo en la sangre. Cuando nos deshidratamos aumenta el sodio en sangre, uno de estos electrolitos, y nuestro hipotálamo comienza a desplegar mecanismos para revertirlo, como la sed. En condiciones de deshidratación nuestro cuerpo no funciona bien ya sea porque nuestra sangre aumenta su volumen y el corazón deba trabajar más duro o por la carga adicional que también deben sufrir nuestros riñones.
- Finalmente, respecto al descanso hay que decir que uno bueno nos permite adaptarnos al mundo que nos rodea. Durante el descanso tienen lugar procesos de reparación, regeneración, asimilación y reciclaje por lo que no gozar de un buen sueño nocturno puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades del corazón o de tipo metabólico como la diabetes. Además, se sabe que las personas que descansan poco o mal, son más propensas a contraer infecciones.
No vivas en una burbuja, ensúciate de vez en cuando
Como último consejo para gozar de un sistema inmunitario fuerte exponte de vez en cuando a la suciedad.
Este consejo es muy general pero va en la línea con cómo nuestro sistema inmunitario a través de la exposición a diferentes estresores o agentes potencialmente patógenos aprende a reconocerlos y a actuar en consecuencia en el futuro.
Los niños que nacen por cesárea y que por lo tanto no son expuestos a las bacterias del canal vaginal de la madre durante el parto, son más propensos a enfermar durante su vida. Las personas que crecen con animales domésticos o en granjas gozan de un sistema inmunitario más fuerte.
En este sentido, la suciedad o al menos no vivir en una burbuja y en un mundo 100% aséptico, puede fortalecer nuestro sistema. Date el lujo de andar descalzo por la montaña o por el césped o de mancharte con barro de vez en cuando.
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