Los principales hábitos que afectan a nuestra salud los conocemos todos: comer bien, hacer ejercicio, descansar lo suficiente, no fumar, beber poco (o nada)... Pero una vez que tenemos esto controlado, si nos ponemos a mirar con detalle, resulta que hay muchas otras cosas que hacemos en nuestro día a día que parece tener efecto sobre nuestra salud.
Claro que su impacto no es el mismo que el de las costumbres que mencionábamos antes: su influencia es mucho más modesta en comparación. Algunas quizá te suenen, pero puede que otras te sorprendan porque nunca habías pensado que una costumbre tan inocua pudiese impactar sobre tu salud.
1. Trasnochar
Según un reciente estudio, las personas a las que les gusta trasnochar (acostarse tarde y levantarse tarde) pero tienen que vivir con un horario matutino que les obliga a madrugar tienen un riesgo un 10% mayor de morir prematuramente que las personas que se acuestan pronto y se levantan pronto sin que ello les cueste tanto esfuerzo.
El estudio concluye que sería bueno que la sociedad y las empresas fuesen más flexibles con los horarios de sus empleados para que aquellos que necesitan levantarse más tarde y trabajar hasta más tarde puedan hacerlo. También da una serie de consejos para que los trasnochadores puedan reorientar su reloj interno: exponerse a la luz del sol por las mañanas pero no por las noches, seguir una rutina antes de acostarte y en general tratar de adelantar tu horario.
2. Mirar el móvil antes de acostarte
Varios estudios han concluido que la luz blanca que emiten las pantallas de los móviles y tablets puede disminuir la calidad del sueño y causarnos insomnio. El motivo es que nuestro reloj interno se basa en la luz solar para fijar nuestros ritmos circadianos que son los que nos guían en ciclos de 24 horas.
Por eso, ante la oscuridad de la noche normalmente tenemos sueño. Si en ese momento le enchufamos a nuestras retinas el brillo blanco de la pantalla del móvil, nuestro cerebro se confunde y ya no sabe si es hora de dormir o no. Por eso es mejor no utilizar el móvil antes de irnos a dormir, y si es posible, activar un brillo más amarillo en la pantallas el rato antes de acostarnos.
3. Pasar sentado 8 horas al día
El sedentarismo es una de las causas de que la obesidad se haya convertido en una epidemia mundial. Según un estudio, incluso las personas que entrenan a diario pero tienen un trabajo que les obliga a pasar sentados 8 horas al día tienen un riesgo de desarrollar diabetes un 90% superior que las personas con un trabajo que les obliga a estar de pie o en movimiento.
Si es tu caso, intenta incorporar el movimiento a tu trabajo todo lo que puedas. Aquí te dimos unos trucos y consejos para hacerlo.
4. La idea de "no pain, no gain"
Entrenar hasta el dolor y después un poquito más es un mantra muy oído en los gimnasios y entre los deportistas aficionados, y significa que si no llegas al límite, y lo sobrepasas no hay progreso.
Esta idea es un peligro porque puede llevar al cuerpo al agotamiento y causarnos lesiones que, entonces sí, nos impedirán progresar. Si quieres saber más sobre este tema, aquí te hablamos del peligro de esta idea.
5. Una higiene genital excesiva
Por supuesto que la higiene es necesaria como parte del cuidado de tu salud y de tu vida en sociedad. Pero una higiene excesiva de determinadas zonas del cuerpo, especialmente de la vagina en las mujeres, puede ser perjudicial para su salud.
El motivo es que el cuerpo tiene sus propios métodos de defensa de un lugar tan sensible, y para ello produce una mucosa que mantiene a raya a los patógenos. Un exceso de higiene puede dañar o eliminar esa barrera de defensa y terminar siendo la causa de infecciones.
6. Pasar demasiado tiempo con la ropa sudada o mojada
Aunque hacer ejercicio y sudar es una buena forma de subir el ritmo cardíaco y quemar calorías (aunque, recuerda: sudar no es lo mismo que adelgazar), quedarse después demasiado rato con la ropa sudada puesta puede de nuevo causar problemas de infecciones genitales, ya que es el caldo de cultivo perfecto para hongos y bacterias. Los mismo ocurre si pasamos mucho tiempo con el bañador mojado después de meternos en la piscina o en el mar.
De nuevo, el riesgo de infecciones, especialmente de orina, es mayor para las mujeres. El motivo es que las vías urinarias son más cortas y es más fácil que las bacterias lleguen desde la uretra hasta la vejiga, donde proliferan y causan problemas.
7. Comer mientras ves la tele
¿Qué puede tener de malo ponerse el telediario, una serie o una película mientras comes? A primera vista, nada, pero en realidad, algo de malo sí que tiene: que te distrae de lo que estás comiendo y hace que comas más y más rápido, lo que puede aumentar las calorías ingeridas por encima de lo previsto.
En realidad, no es solo la tele. Comer frente al ordenador mientras sigues trabajando o mientras lees una novela que te tiene absorto tiene el mismo efecto: distraerte de lo más importante que estás haciendo en ese momento: comer. Apaga las pantallas o cierra el libro durante un rato y saborea.
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