Comer pescado es muy bueno para nuestra salud pues es un aporte importante de omega 3 además de proteínas de un alto valor biológico, vitaminas y sobre todo minerales importantes para que nuestro organismo funcione correctamente. Pero debemos tener cuidado a la hora de ingerir pescado, pues puede tener consecuencias negativas para nuestra salud.
Y es que todo alimento tiene sus pros y sus contras, pues como ya sabemos la dieta perfecta debe ser equilibrada y nunca podemos excedernos con la ingesta de un alimento u otro. El pescado es un ejemplo pues debe ser un producto que cumpla una serie de requisitos que lo hagan comestible y esto lo tenemos que tener en cuenta.
Para empezar tenemos que tener constancia del lugar en el que se ha criado ese pescado, pues el medio que lo rodea es lo que va a determinar su calidad alimenticia. Podemos encontrarnos con ejemplares que contienen un gran número de biotoxinas, que se acumulan en la mayoría de los casos en los moluscos bivalvos que se alimentan de placton marino donde están presentes estas sustancias. Para evitar esto es importante comprar los ejemplares que lleven una etiqueta que certifique su origen.
La presencia de anisakis es otro punto a tener en cuenta. Se trata de un parásito que se encuentra en el intestino de los peces que cuando se mueren pasa a la carne. Es un riesgo para nuestra salud si comemos el pescado crudo o mal preparado. Para evitarlo debemos someter los ejemplares a un tratamiento con calor mediante su elaboración culinaria, o si lo vamos a preparar en crudo hay que congelarlo antes durante al menos 24 horas a unos 20º bajo cero.
Los metales pesados presentes en algunos pescados es otro problema, y es que muchos provienen de la contaminación de mares o a través de vertidos directos. Son sustancias que resultan venenosas para el ser humano, y por esto los ejemplares capturados deben seguir un control, que de hecho lo siguen, pero no debemos fiarnos de ejemplares pescados por nosotros u otros.
El mercurio que contiene el pescado puede ser un problema sobre todo en los primeros años de vida, pues afecta al sistema nervioso. Es por esto que debemos evitar la ingesta de tiburón, emperador o caballa que contienen más altas cantidades de esta sustancia. También el pescado puede contener dioxinas presentes por contaminantes del agua. Para evitar esto todos los alimentos siguen un riguroso control.
De todas formas la mayoría del pescado que encontramos en el mercado sigue un control riguroso que nos protege frente a este tipo de contaminantes, y que hace del pescado un alimento imprescindible en nuestra dieta por la cantidad de omega 3 que nos proporciona y por los beneficios que aporta a nuestro sistema cardiovascular.
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