Conseguir unos brazos bien formados y con unos músculos fuertes es importante para aumentar la fuerza y mejorar nuestra imagen. Este objetivo es el que tenemos la mayoría de nosotros cuando acudimos al gimnasio, aunque en muchos casos es difícil de llevar a cabo.
Habitualmente nos machacamos con ejercicios duros que lo único que hacen es cansarnos sin apenas obtener rendimiento del trabajo que hemos realizado. En otros casos la genética juega un papel importante, y es que los brazos son una de las partes del cuerpo que en muchos casos más nos cuesta fortalecer. Desde Vitónica os vamos a ofrecer una solución para obtener el máximo rendimiento del entrenamiento.
Los músculos principales del brazo son el bíceps y el tríceps. Dos músculos antagonistas, pues uno se encuentra en la parte delantera del brazo, y el otro en la trasera. Su ubicación hace que sean dos músculos complementarios que necesitan estar igual de trabajados y de desarrollados para evitar desequilibrios que pueden derivar en lesiones u otro tipo de problemas.
Mucha gente trabaja ambos músculos a la vez y los acaba cansando con interminables sesiones de entrenamiento sin conseguir los resultados deseados. Es importante antes de saturar a los músculos saber métodos alternativos para entrenarlos, y es que es primordial sorprender a los músculos para estimularlos más y conseguir mayores resultados.
La clave de un desarrollo alto de los bíceps y tríceps está en el orden en el que ejecutemos los ejercicios del tren superior. Es decir, una buena forma de trabajar estos músculos es preentrenándolos de forma indirecta a través de ejercicios que van dirigidos a otro grupo muscular. Es decir, el tríceps lo entrenaremos con los ejercicios de pecho, y el bíceps con los que trabajan dorsal.
Mediante esta forma de trabajo lo que hacemos es entrenar estos grupos musculares con una intensidad más baja para luego hacer hincapié en ellos con ejercicios específicos para cada uno. Esta técnica incrementa los resultados del entrenamiento, y es que al ser un músculo pequeño no sirve de nada agotarlo son duros ejercicios ya que lo único que conseguimos es un sobreesfuerzo que evita el crecimiento y la recuperación muscular.
Es importante que el bíceps se entrene justo después de haber trabajado el dorsal, y el tríceps después de haber entrenado pectoral. Lo recomendable para obtener buenos resultados es realizar dos ejercicios propios del grupo muscular con una intensidad alta. Esto si lo sumamos al esfuerzo que ya hemos realizado indirectamente al entrenar el otro grupo muscular, nos dará unos resultados óptimos sin forzar demasiado al músculo.
Imagen | Gettyimages
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