A pesar de que el frigorífico es el aliado número uno en lo que a conservación de alimentos se refiere, y un electrodoméstico más que imprescindible en nuestro día a día, existen productos que acostumbramos a guardar en ella de manera errónea.
¿Guardas estos alimento en la nevera? ¡Error! Hoy te hablamos de unos alimentos en concreto que, por norma general, casi todos solemos guardar en la nevera, pero la realidad es que puede que estemos cometiendo un error.
En contraposición de lo que pensamos generalmente, el frío de la nevera en determinados alimentos puede hacer que se altere su sabor y sus propiedades naturales, y en muchos casos incluso acelerar su proceso de deterioro.
Por supuesto, esto no significa que guardar este tipo de alimentos en nuestro frigorífico vaya a conllevar ningún riesgo a la hora de tomarlos, pero sí es importante conocer algunos de estos alimentos para preservar al máximo su sabor y propiedades, y evitar un deterioro de su calidad.
1.- Chocolate
Es uno de alimentos que generalmente nada más llegar a nuestra casa van directos al frigorífico, sobre todo por el miedo a que acaben derritiéndose. Lo ideal es mantener el chocolate a una temperatura ambiente, ni mucho calor ni el frío de la nevera.
Además, el chocolate es uno de los productos que más olores y humedad capta, por lo que no se recomienda meterlo en la nevera. Una vez abierto la mejor manera de conservar este alimento es en un envoltorio de plástico o bolsita de congelar.
Como excepción, están los chocolates que contienen rellenos con productos lácteos, en este caso y debido a las características específicas del producto, sí que sería necesario meterlo en la nevera y consumirlo en un tiempo prudencial, tres o cuatro días.
2.- Tomates
Otro alimento que casi siempre reina en nuestra nevera son los tomates, otro error a corregir. Cuando metemos este alimento en la nevera, lo único que conseguimos es alterar su proceso de maduración y perder parte del sabor del mismo.
El frío del frigorífico va a propiciar que aparezca esa textura harinosa característica del tomate que hace que pierda toda su tersura y firmeza. Lo ideal es tener los tomates en un frutero o en un carrito de cocina, a temperatura ambiente, para poder disfrutar de todas sus propiedades.
3.- Plátanos
Los plátanos son frutas que suelen madurar bastante rápido y para evitar que se nos pasen y se pongan demasiados maduros, recurrimos a la nevera. Pues bien, los plátanos son frutas que generalmente se cultivan a temperaturas altas, y exponerlos a la temperatura del frigorífico va a propiciar que ennegrezcan y que su textura se vuelva pastosa.
Si tenemos plátanos que ya estén algo maduros, podemos meterlos a la nevera para relentizar la maduración y no perderlos, aunque no es lo ideal, pero evitar, sobre todo, meterlos recién comprados cuando aún están verdes.
4.- Cebollas y ajos
Para evitar que estos alimentos se reblandezcan, e incluso se recubran de moho, hay que evitar exponerlos a la humedad de la nevera y sacarlos siempre de las bolsas de plástico donde generalmente se meten en las fruterías.
Las cebollas tradicionales germinan mucho más rápido si están el el frigorífico, por lo que lo ideal para su conservación es mantenerlas en un lugar fresco y seco. Sin embargo, las cebolletas, debido a su contenido en agua, podemos guardarlas en la nevera sin problema.
En el caso de los ajos, al igual que con las cebollas, la humedad favorece el deterioro del bulbo y la aparición de moho. Se podrían conservar en la nevera, de manera provisional, si el ajo está picado.
Como veis, cuatro alimentos que generalmente conservamos en la nevera y a los cuales les estamos haciendo un "flaco favor". A partir de ahora tener estos productos a temperatura ambiente, y en lugares secos, va a propiciar que disfrutemos en plenas condiciones de su sabor, textura y propiedades.
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