Ese es el debate en los Estados Unidos, si se pone un “impuesto de salud” a las bebidas refrescantes azucaradas, por considerarlas uno de los mayores socios de la epidemia de obesidad. Se considera pagar hasta un 15% más por refresco, para contribuir a los gastos sanitarios y reducir así su consumo.
El inicio de esta propuesta dió lugar a toda clase de críticas en norteamérica, pero ya cobra fuerza en estados como Nueva York o Filadelfia. Es casi de locos pensar que un impuesto a un tipo de bebida va a mejorar el estado de salud de los americanos, la clave está en las políticas saludables y la información, no en la penalización económica.
Mucha gente no sabe por qué es poco saludable beber mucha cantidad de estas bebidas, que en moderación, como todo, no es nada malo. Falta información, falta explicar a los ciudadanos por qué no es aconsejable tomar tanta cantidad de azúcar al día y falta un despliegue sólido de políticas que den herramientas a los ciudadanos para cuidar su salud, no penalizaciones por no cuidarla.
La imágen que todos se hacen de este impuesto es el modo de contribuir a las arcas del estado, ahora que son tiempos difíciles. Se calcula que un 7% del consumo calórico en los norteamericanos es a base de estas bebidas, y se piensa que el pagar más por ellas reducirá su consumo. La obesidad es una enfermedad multifactorial, nadie está obeso sólo por consumir este tipo de bebidas, sino por descuidar la alimentación en general y tener una falta de ejercicio.
En una comparativa con el tabaco, no creo que sea su precio lo que alienta al consumidor a dejar de fumar, sino la información y educación sobre enfermedades que provoca el consumo de tabaco. Si algo es malo informa a la gente de por qué, haz campañas sobre cómo consumir adecuadamente este tipo de refrescos, pero no les subas el precio aludiendo que es “por el bien de la salud”, porque más bien es por el bien de la economía.
Vía | Crónica desde EEUU
En Vitónica | Anuncio radical sobre bebidas azucaradas y el problema de la obesidad
Imágen | André Banyal
Ver 12 comentarios
12 comentarios
Juana Mª González
Es curioso que nadie se plantea quitar los impuestos al tabaco y nos escandalizamos cuando se quieren poner impuestos a alimentos poco saludables. Estoy de acuerdo que lo más importante es la información y formación nutricional de las personas pero veo un doble rasero cuando comparamos tabaquismo y obesidad.
emedoble
No me parece mal gravar con un 15% los productos alimentarios innecesarios y poco saludables (bebidas azucaradas, bollería industrial, etc.) si se invierten en campañas de fomento de la salud, la buena alimentación y el ejercicio físico.
Una idea loca (aunque no estaría mal): Un par de clases semanales de 30 min. de "fitness" ligero en las empresas, tal como hacían los japoneses hace 60 años. Seguro que se evitarían muchas bajas por dolores posturales y se combatiría la plaga de "barriga cervecera"...
lugilde86
Sin los impuestos del tabaco, alcohol y demás estaría sin un duro el Estado
Fernando F.A.
Otro saca cuartos más con las escusa de que es por nuestra salud...Creo yo que la gente sabe lo que es bueno y malo por muy mal que este informada, yo se que si me bebo todos los días una botella de cocacola pues engordaré, sin embargo, por que me tome un vaso al día no creo que pase nada si además mi alimentación es adecuada...pero suena muy bien para las arcas del gobierno el obtener un 15% del PVP de la Coca Cola, Fanta etc.
Como siempre digo que esto se evita teniendo bebiendo y comiendo con moderación
cegr
Hola
A independencia de que los refrescos en general,sean buenos o malos ,que todos coincidimos que buenos no son ,lo que si son ,es una forma de que la enmascarada industria del azúcar siga haciendo su agosto y lo peor es que nadie se hace eco de ello,ya que es una de las industrias que nadie denuncia por los abusos bestiales que esta proporcionando a nuestra sociedad,es indignante como productos que todos sabemos estan mas plagados de este veneno que el propio producto en si.
La gelatina,las galletas ,etc... Y el café que hay que echarle su sobre y si te tomas 3 al dia pues naaa 7 gramos de veneno mas y asi muchos mas ejemplos clarificadores de como se va incorporando a nuestras vidas y nos va robando las energias de una forma descarada y a su vez simpatica y dulce.
un saludo
Pedro Lopez
Tratar de cambiar los hábitos de la gente a base de educación y concienciación es lento y muy poco efectivo. Sin embargo por la vía económica y coercitiva se obtienen grandes resultados en muy poco tiempo.
Si no fijaos en los muertos en la carretera. Años de anuncios y concienciación con resultados inapreciables. Se implanta el carné por puntos y se triplica la red de radares y los fallecidos disminuyen a la mitad en 4 años.
Es triste, pero lo que funciona es lo que funciona. La naturaleza humana es así.
jose.sanchezparra.16
Con lo exquisita que está la cocacola.... tan fresquita.. con sus cubitos de hielo.. y sus burbujitas saltanto.. cuando le pegas el traguito y te lloran los ojos del gas.. y se te sale por la nariz.. HUMMMM :P jaj
Respecto a la critica, estoy muy deacuerdo que suban los impuestos siempre y cuando lo recaudado valla destinado a la sanidad..
JAD
Yo sí creo que el precio puede influir para consumir menos. Pero la información lo es todo también. La gente no sabe lo realmente malo que es el tabaco para quien lo fuma directa e indirectamente. Saben que es malo, pero ya está. Es la primera causa de muerte en el país y lo menos alarmista.
Los medios alarman mucho con accidentes de tráfico al año, pero no dicen que mueren muchos más fumadores pasivos. Y dar ya números de fumadores activos es escalofriante, a su lado los accidentes parecen irrelevantes.
La gente no tiene ni idea de lo que el tabaco hace al cuerpo, tiene tantos y tantos efectos perjudiciales, algunos que ni se te pasarían por la cabeza.
Prácticamente alguien que fume es una tontería que intente, por ejemplo, seguir consejos de este blog sobre salud y alimentación cuando el tabaco supone algo que inevitablemente o te lo quitas o si no prácticamente no merece la pena seguir hábitos saludables.
Ministra de sanidad, espero que no me falles con la nueva ley.
Saludos.