La flexibilidad es una calidad que todos debemos trabajar para beneficiar nuestro rendimiento y el cuidado de nuestro cuerpo, sin embargo, debemos diferenciarla claramente, pues flexibilidad, elasticidad y laxitud son tres conceptos diferentes que solemos confundir.
Para conocer bien de qué se trata la flexibilidad, la elasticidad y la laxitud, detallamos los términos:
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Flexibilidad: se define de esta forma al rango y amplitud de movimiento de una articulación por parte de los músculos. Es decir, es la capacidad del músculo de desplazar segmentos óseos. A mayor flexibilidad más movimiento podemos dar a nuestros músculos y articulaciones.
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Elasticidad: es la capacidad de los músculos y tejidos de sostén de recuperar su forma primitiva tras una deformación que puede ser inducida por ejemplo, por la fuerza que se realiza durante el estiramiento u otro tipo de movimiento. A mayor elasticidad menor tiempo de recuperación de su forma o volumen habitual.
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Laxitud: no es otra cosa que el aumento exagerado de la movilidad articular a causa de las características del tejido conectivo. Genera fragilidad en las articulaciones, ligamentos y tendones, por lo tanto, aunque no es frecuente y es de fuerte causa geńetica, no es recomendable.
Como podemos ver, la flexibilidad se ve favorecida por la elasticidad, y la laxitud, es una condición no frecuente y poco segura en donde hay presencia exagerada de las condiciones anteriores.
La flexibilidad y la elasticidad son dos aspectos que podemos trabajar y de los cuales nos podemos beneficiar para rendir más y mejor, mientras nos conservamos lejos de posibles lesiones.
Imagen | Kleemo
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