La rinitis es la inflamación de la mucosa nasal que genera molestias como estornudos, congestión y secreciones. Su origen puede ser alérgico o no y se considera una enfermedad benigna, pero que genera grandes incomodidades.
La rinitis es muy frecuente entre los atletas o aficionados de la actividad física sobre todo en meses de invierno y en primavera por la mayor exposición al polen y otros alérgenos.
En los últimos años se ha detectado un aumento de la prevalencia de rinitis alérgica en toda la población y también entre los individuos que practican deportes, tal vez a causa de la mayor contaminación y concentración de sustancias alergénicas en el medio ambiente.
Se ha demostrado en investigaciones previas que los atletas olímpicos que padecían rinitis alérgica con congestión sufrían un descenso significativo en su rendimiento deportivo. Por lo tanto, su tratamiento y prevención resulta fundamental para mantener un adecuado ritmo de entrenamiento e intensidad durante el ejercicio físico.
La nariz cumple una función muy importante a la hora de realizar actividad física, pues su función radica en la respiración y además, filtra, humedece y calienta el aire inhalado, por ello, su congestión impide que la oxigenación sea normal y así, dificulta la práctica deportiva.
Sin embargo, estudios actuales han encontrado una mejoría de la rinitis y de la congestión entre los deportistas tras la realización de ejercicio físico.
Si bien no se conoce el mecanismo de dicho beneficio, tal vez el efecto radique en la relajación y vasodilatación inducida por el ejercicio y la mejora en la circulación sanguínea que podría descongestionar la nariz.
Además, un estudio realizado en Alemania sugiere que la actividad física durante la niñez podría prevenir el desarrollo de la rinitis alérgica, ya que se comprobó que los niños sedentarios tenían 50% más probabilidades de desarrollar la enfermedad.
A su vez, luego de que se padece la enfermedad, se limita grandemente la practica de actividad física por incomodidad o para prevenir episodios agudos, pero en este caso se ha comprobado lo contrario.
La natación por ejemplo, u otros deportes acuáticos mejoran grandemente la alergia respiratoria, así como otros ejercicios de intensidad moderada e intermitentes que permitan la adecuada respiración.
Además, los especialistas recomiendan realizar siempre un calentamiento previo a la práctica deportiva y seguir las recomendaciones del entrenador a cargo.
Como verán, en épocas de verano y primavera, la rinitis no es una excusa para no ejercitarse, sino que por el contrario, puede colaborar grandemente en el alivio de dicha afección.
Otra razón para no dejar de realizar actividad física y beneficiar aún más nuestra salud.
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