Hace poco hablábamos del entrenamiento de dos formas diferentes de mantenernos en forma durante el embarazo: el entrenamiento de fuerza, que nos beneficia a la hora de evitar esos molestos dolores de espalda tan típicos de este momento en la vida de la mujer, y el Pilates, que a través del entrenamiento del suelo pélvico puede ayudarnos a tener un parto más corto.
Pero, ¿qué pasa con el running? Es el deporte favorito de muchas de las mujeres que deciden comenzar a ponerse en forma, ¿es posible seguir practicándolo durante el embarazo? ¿Tendrá beneficios o, por el contrario, puede ser peligroso para las mujeres embarazadas? ¿Puedo practicarlo durante todos los trimestres? Todo lo que necesitas saber sobre running en el embarazo te lo contamos a continuación.
Como hemos dicho en anteriores ocasiones, lo primero siempre es consultar con nuestro ginecólogo para que este nos dé el OK para practicar deporte durante el embarazo. Si no estamos ante un embarazo de riesgo, lo más seguro es que no haya ningún problema a la hora de continuar con nuestro entrenamiento. Eso sí: será necesario adaptarlo a nuestras necesidades y a nuestras circunstancias.
¿Puedo correr desde el primer trimestre?
El primer trimestre de embarazo siempre es el más delicado, ya que es cuando existe un mayor riesgo de perder al futuro bebé. Además, durante el primer trimestre es cuando las mujeres embarazadas refieren un mayor número de molestias físicas como pueden ser las náuseas, el cansancio, el insomnio...
El primer trimestre, desde el momento en que conocemos que estamos embarazadas, es un buen momento para descansar, mentalizarnos de los cambios que van a ocurrir en nuestro cuerpo en los próximos meses y, por qué no, buscar información sobre los trimestres posteriores y cómo podemos cuidarnos a través del ejercicio.
Se recomienda la actividad física, claro, pero con una intensidad baja: podemos caminar y pasear si estamos cómodas.
¿Puedo comenzar a correr si no he corrido antes?
El embarazo no es un buen momento para hacer experimentos con nuestro cuerpo: si no has corrido nunca, el embarazo no es el mejor momento para comenzar. Piensa que no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo ante un esfuerzo que no has hecho nunca, y los comienzos siempre son difíciles, tanto física como anímicamente.
Si quieres mantenerte en forma, hay otros entrenamientos de cardio que puedes realizar, como caminar o practicar elíptica, que son menos agresivos para las articulaciones y menos exigentes.
Si ya llevas un tiempo corriendo, en principio no hay ningún problema para seguir haciéndolo, siempre que adecuemos los ritmos y las distancias a nuestra nueva situación.
¿Necesito algo en especial para entrenar running en el embarazo?
Si ya eras runner y quieres seguir corriendo durante tu embarazo, es muy conveniente que lleves siempre un pulsómetro para controlar tu frecuencia cardíaca. Lo ideal es que te mantengas dentro de una zona cómoda y que no hagas esfuerzos grandes hasta quedar exhausta: mentenerte alrededor de 140 pulsaciones por minuto, dentro de la zona de quema de grasa, es una buena idea.
Esto es especialmente importante en el segundo trimestre, cuando las molestias características de los primeros meses han desaparecido y la mujer se encuentra con mucha más energía. Debemos ser conscientes de que nos encontramos en una situación especial que requiere que practiquemos deporte con responsabilidad. Si estás deseando competir, piensa que es una situación pasajera que solo dura unos meses: tienes todo el tiempo del mundo por delante.
Si vas a comprar un pulsómetro para correr durante el embarazo, hazte con uno que cuente con monitor cardíaco integrado en la muñeca: será mucho más cómodo de llevar durante los meses de embarazo que uno que se coloque con una banda en el pecho.
Y hablando del pecho, asegúrate también de que utilizas un sujetador deportivo que se adecúe a tus necesidades: durante los meses de embarazo es habitual que el pecho de la mujer crezca una o dos tallas, así que será necesario cambiar los sujetadores que solíamos usar por otros nuevos. Asegúrate que son de tu talla, que tienen una buena sujección (los de espalda de nadador suelen dar buen resultado) y que las costuras no te hagan rozaduras.
¿En qué momento tengo que dejar que correr?
Esto depende mucho de cada mujer, de cómo se encuentre según van pasando los meses y de cómo se desarrolle el embarazo: mientras que algunas pueden mantenerse activas prácticamente hasta el día del parto, otras necesitarán más tiempo de reposo antes del día D.
Ten en cuenta que con el paso de los meses tu barriga irá creciendo, de modo que cuando ya no te encuentres tan cómoda como al principio corriendo, deja de hacerlo y pásate a otra actividad menos agresiva que te permita mantenerte físicamente activa.
Simplemente caminar a buen paso suele ser una buena opción para la mayoría de las mujeres: el power walking, controlando igualmente nuestras pulsaciones y nuestro nivel de esfuerzo, es una buena opción para mantenernos en forma en los últimos meses.
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