En los meses de más frío del año parece que nos cuesta mucho más salir a la calle a completar nuestros entrenamientos de carrera: el "es que hace mucho frío" se convierte en la excusa perfecta para quedarnos en casa calentitos con la manta por encima de las piernas.
Pero en el calendario de carreras las citas no paran debido a las bajas temperaturas y es necesario entrenarlas: para echarte una mano y que no te quedes como un cubito de hielo al salir a hacer series te traemos esta selección de las prendas que mejor te protegen del frío cuando sales a correr.
Para el torso: vístete por capas y con ropa técnica
Vestirnos por capas de forma inteligente es la máxima que debemos tener en cuenta cuando salgamos a correr al aire libre en invierno. Por mucho frío que tengamos al comenzar a correr, tenemos que ser conscientes de que en poco rato comenzaremos a entrar en calor y es muy posible que alguna de las prendas que llevamos encima nos sobre; así, vestirnos por capas fáciles de retirar en un momento dado es lo mejor que podemos hacer.
¿Qué tipo de ropa me conviene más? La tecnología aplicada a la ropa de entrenamiento ha evolucionado mucho en los últimos años: ahora prácticamente cada marca deportiva ha desarrollado sus propias técnicas con las que han conseguido crear prendas que evacuan el sudor y que hacen que no se mantenga en contacto con nuestra piel: algo con lo que podemos ahorrarnos más de un resfriado.
Dependiendo de la temperatura en la calle (y también de nuestra tolerancia al frío), tendremos que utilizar más o menos capas de ropa: una primera capa con una camiseta térmica de manga larga, una segunda con un forro o un polar (también de manga larga) y, si hace mucho frío, una tercera capa de abrigo que puede ser un chaleco específico para running o un cortavientos impermeable hacen la tríada perfecta.
Generalmente la mayoría de corredores pecamos de precavidos en este tema: pensamos que no nos va a sobrar nada de ropa pero a mitad de la carrera o del entrenamiento el pensamiento más común es el de "quién me mandaría a mí, que ahora me toca llevar la sudadera en la mano". Siempre es mejor pasar un poco de frío al principio que pasar calor después.
Piernas y pies siempre bien protegidos
El tema de las piernas no parece tan complicado como el del torso: al fin y al cabo, es la parte del cuerpo más implicada a la hora de correr y entra en calor fácilmente. Lo más recomendable es que, como en el caso anterior, recurramos a tejidos técnicos que eviten que se acumule el sudor en la piel. Si hace mucho frío, las mallas térmicas, que mantienen las piernas calientes, son la mejor opción: no uses las típicas mallas finas para el gimnasio, porque no protegen lo suficiente.
Al igual que el resto de las prendas, los calcetines deben ser de un tejido que sea capaz de expulsar el sudor y, al mismo tiempo, que eviten la pérdida de calor del pie. Evita los que tienen costuras y asegúrate antes de salir de casa de que te los pones correctamente, bien estirados, para evitar así ampollas o rozaduras.
Si hablamos de las zapatillas, además de asegurarnos de que elegimos las más adecuadas a nuestro tipo de pisada (y a otras características físicas de las que hemos hablado en nuestra guía para encontrar la zapatilla perfecta), lo más importante es que intentemos que estén fabricadas en un tejido impermeable: ten en cuenta que, además de frío, en invierno hay mucha humedad y por lo general lluvias (o nieve, si tienes suerte), así que el pie debe estar bien protegido ante estas inclemencias.
Ojo también al recorrido que vamos a realizar y al tipo de terreno por el que vamos a ir: unas zapatillas con una buena tracción son interesantes para el otoño/invierno, cuando las hojas amontonadas en el suelo, la lluvia o incluso el hielo pueden jugarnos una mala pasada y hacernos dar un resbalón.
Protege tus zonas más sensibles con los mejores accesorios
Las manos, las orejas y la garganta suelen ser los grandes olvidados por los runners en invierno, por esos e hace más necesario recordar que debemos proteger estas zonas de nuestro cuerpo por ser más sensibles al frío.
Para las manos, lo mejor es hacernos con unos guantes específicos para deporte que estén fabricados en un material que no acumule el sudor. Absteneos de usar los guantes de lana de toda la vida: no suelen ser nada cómodos a la hora de correr. Si además sales a correr con tu móvil o con un reloj deportivo con pantalla táctil, te interesa que los guantes puedan usarse en estas superficies (para que no te quedes "pajarito" al intentar cambiar de canción o poner en marcha el pulsómetro): en las tiendas multimarca podéis encontrar un montón de guantes deportivos a buen precio.
Para proteger nuestra garganta una de las mejores opciones es una braga, evitando eso sí las que tengan un tejido que se empapa con el sudor: no serías el primer runner que se la sube por encima de la boca y la nariz para protegerlas y termina como si se hubiese tirado un vaso de agua por enfría por la condensación del vaho. Intenta que sea de un tejido fino y transpirable para estar cómodo.
Proteger nuestras orejas del frío también es importante, y aquí tenemos más opciones. Podemos usar una headband de tejido elástico que, si bien las protege del frío, no las mantiene muy calientes. Los gorros ligeros son otra buena opción, siempre que optemos por materiales calentitos pero que no se empapen con facilidad. Personalmente, suelo usar viseras más anchas y gorditas, las que se suelen utilizar para hacer snowboard o esquí, que tapan bien las orejas aunque se mojan un poquito con el sudor.
Para correr cuando hace frío merece la pena invertir en prendas que, aunque sean un poco más caras, estén fabricadas en tejido técnico: pueden ahorrarnos más de un constipado. Y recordad que a la hora de ponernos capas de ropa, menos es más.
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