Somos cada vez más los que elegimos acabar el año haciendo ejercicio, y las carreras populares han ido creciendo en importancia y adeptos a lo largo de los últimos años. De entre las carreras más famosas del 31 de Diciembre destaca la San Silvestre Vallecana, que recorre el centro de Madrid. Este año me apetecía hacer algo diferente, así que me animé con los patines: ¡a todo gas del Bernabéu al Teresa Rivero!
Los diez kilómetros que separan dos de los estadios más emblemáticos de la capital fueron ocupados por una marea naranja de corredores que quisieron compartir las últimas horas del 2012 dedicándolas al deporte. Yo me puse mis patines, mi dorsal y a despedir el año como se merece: con una San Silvestre en patines.
Antes de nada, deciros que durante todo el recorrido fui por la acera para no molestar a los corredores: yo también he corrido carreras populares, y sé lo molesto que es que se te crucen por el medio. Así que opté por ir despacito y por la acera: no tenía prisa, lo mejor es disfrutar del momento.
Esta San Silvestre Vallecana ha batido récords en cuanto a participación: más de 40.000 dorsales entregados, a los que hay que sumar a todas las personas que corrían sin dorsal. Otra de las novedades de la carrera fue un box de salida reservado para mujeres: una forma de promocionar la participación femenina en estos eventos.
La música amenizó la carrera a los runners madrileños, que pudieron disfrutar de varios escenarios con música gospel y dance a lo largo del recorrido: un subidón de adrenalina en los puntos clave de la carrera.
Pero sin duda, lo que más ánimos da a los corredores es la gente que anima desde los lados de la calle. Al llegar a Vallecas, cuando la subida por la Avenida de la Albufera parece interminable, el calor de los vallecanos, grandes y pequeños, es el que te lleva en volandas hacia la meta.
Mención especial para los runners disfrazados, que hacen de la San Silvestre Vallecana una de las carreras más divertidas del año: vacas lecheras, submarinistas, espartanos, un carrito de bebé convertido en esqueleto de Tiranosaurus Rex… Este año hemos tenido para todos los gustos.
La vuelta hacia Atocha para volver a casa fue lo mejor de mi San Silvestre: un carril entero de la Avenida Ciudad de Barcelona para mí sola, patinando a fuego, y viendo venir de frente una interminable columna de runners con camiseta naranja, a los que animaba sin parar. Sin duda, una experiencia inolvidable.
Y vosotros, ¿habéis corrido alguna San Silvestre para terminar el año?
En Vitónica | San Silvestre 2012: preparando nuestra playlist
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