Las bicicletas son un vehículo más que debe regirse por el Reglamento General de Circulación. Aunque en algunas ocasiones el uso de la bici nos lleve a pensar que tiene unas normas diferentes a un coche y otros vehículos, debemos respetar la normativa en todo momento. Existen varias reglas que suelen ser olvidadas por los ciclistas, pero que acarrean sanción si no se hacen correctamente.
Las tres normas de tráfico que muchos ciclistas olvidan
Los ciclistas son muy vulnerables en caso de accidente, y no considerar su bicicleta como un vehículo más supone un peligro para otros conductores y peatones. Esas son las razones por las que la Dirección General de Tráfico establece diferentes normas obligatorias a la hora de circular en bicicleta.
Tres de las normas más infringidas por los ciclistas son muy importantes para prevenir accidentes, tanto por parte del usuario de la bicicleta como de otros conductores que circulan cerca de ellos.
Maniobras con los brazos
Muchos conductores de coches se olvidan de señalizar los giros y cambios de carril con los intermitentes, y eso puede desencadenar en un golpe con otro vehículo. En el caso de los ciclistas ese accidente por no señalizar puede ser más grave, ya que el impacto va directo contra ellos.
En bicicleta, es obligatorio señalar todas las maniobras, al igual que hacemos con los intermitentes del coche u otros vehículos. Tendremos que avisar con las manos si vamos a cambiar de carril o vamos a girar en alguna intersección.
Carriles bici y arcén
En la ciudad es recomendable (no obligatorio) circular por el carril bici, ya que es más seguro para el ciclista y elimina los posibles atascos o embotellamientos que puedan producirse. Si salimos a carretera con la bicicleta, es obligatorio ir pegado lo máximo posible a la derecha, yendo por el arcén siempre que exista.
Las tasas de alcohol son las mismas en bicicleta que con un coche o moto
Los ciclistas están obligados a someterse a test de alcoholemia si un agente de seguridad se lo pide. La tasa máxima permitida de alcohol es la misma que si fuésemos con el coche, siendo 0,5g/l de alchol en sangre o 0,25 mg/l de alcohol en aire espirado.
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Imágenes | Micheile Henderson (Unsplash), Sabina Fratila (Unsplash)
