En el intento desesperado de perder peso, muchos mercados aparecen con soluciones mágicas e inofensivas tales como diferentes píldoras para adelgazar. Sin embargo, todos sabemos que las pastillas no producen un cambio de hábitos, pueden resultar adictivas y provocar un efecto rebote considerable.
Por eso, las píldoras no son un recurso válido si queremos adelgazar de forma saludable, ya que sus componentes nos sólo no son mágicos sino que pueden alterar el normal funcionamiento del organismo y comprometer nuestra salud.
Los diuréticos sólo provocan un pérdida de líquidos, por lo que no son capaces de remover grasa del cuerpo y además, pueden ocasionar un desequilibrio electrolítico y deshidratación. Los laxantes también pueden alterar el funcionamiento intestinal, producir pérdidas significativas de nutrientes y no solucionan el exceso de peso, sino que son creados para utilizar ante casos de estreñimiento.
Más perjudiciales pueden ser las píldoras cuya composición incluye anfetaminas, ya que pueden causar severos problemas psicológicos y producir un efecto rebote indeseado por cualquiera.
En fin, ninguna de éstas píldoras podrían usarse para perder unos kilos de más de cara el verano, pues lejos de ayudarnos, pueden perjudicar nuestra salud y no lograr solucionar el problema de base, es decir, no modifican hábitos, por lo que el resultado no será duradero.
En la actualidad existen otras píldoras ya autorizadas para tratar la obesidad, pero sólo debe recurrirse a ellas en casos especiales y previa indicación médica, teniendo en cuenta los efectos secundarios que su ingesta puede originar.
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Gabriela Gottau
Exactamente Ángeles, esa es la fiel muestra de que no han cambiado sus hábitos y por ello, el resultado no es duradero...
Un saludo!
Angeles
Conozco personalmente dos casos, hombre y mujer, que han perdido mucho peso (sobre unos 20 Kg. cada uno) con la famosa dieta de sobres de proteínas, bajo "riguroso control médico", etc etc..., dejándose un dineral entre visitas y productos.
He visto la evolución de estas personas, su adelgazamiento progresivo (todo muy bonito), pero también estoy viendo cómo vuelven a engordar al volver a su alimentación normal. Excusas como "no tengo voluntad" o "tengo ansiedad y me da por comer" encierran simplemente una mala formación alimenticia.
Como bien afirmas Gabriela, si no hay una rotunda modificación de los hábitos alimenticios y una voluntad de cambio general, desde la base, es inútil cualquier dieta, pastillita o tratamiento estético.
Un saludo
Laura Martin
Gabrieal, un NO bien alto, no es nada sano, y acabará como dice Ángeles, cuerpo de acordeón... y no...
ED
diselo a rosa... que no para..
detusalud
Y es que además no funcionan...