El síndrome de ovario poliquístico es una enfermedad endocrina compleja que se define según los siguientes criterios:
- Síntomas clínicos o bioquímicos de hiperandrogenismo o exceso de andrógenos con los síntomas que eso conlleva (hirsutismo, ciclos menstruales irregulares, acné...).
- Ecografía donde puedan observarse microfolículos ováricos (quistes) o un tamaño anormal del propio ovario.
- Ciclos menstruales alterados ya sea por ausencia de estos (amenorrea) o su insuficiencia (oligomenorrea).
Además, un alto porcentaje de mujeres que padecen esta condición presentan algún grado de resistencia a la insulina lo que empeora el panorama hormonal y metabólico favoreciendo incluso la ganancia de peso y grasa corporal. El inositol, veremos, juega aquí un papel fundamental.
A nivel endocrino estas mujeres presentan niveles elevados de andrógenos como testosterona y estrógenos por conversión androgénica de estos. También presentan niveles reducidos de globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) lo que aumenta la cantidad de andrógenos libres circulantes que empeora a su vez la resistencia a la insulina que mencionábamos antes.
Esta enfermedad afecta a un 5-21% de mujeres en edad reproductiva por lo que es un problema recurrente que además no tiene cura.
Cómo hemos dicho anteriormente, el inositol puede jugar un importante papel en el sistema de la insulina ayudando a mejorar notablemente el panorama general de esta enfermedad en el que tanto los niveles elevados de andrógenos como la resistencia a la insulina y el sobrepeso se retroalimentan positivamente.
¿Qué es el inositol?
El inositol es un compuesto orgánico de la categoría de los polialcoholes, un tipo de hidratos de carbono al que además se le confiere propiedades de pseudovitamina (Vitamina B8) aunque no tiene un carácter esencial debido a que en humanos puede sintetizarse a través de una molécula de glucosa.
En la naturaleza existen nueve posibles isómeros (compuestos con misma fórmula molecular pero diferente estructura química que les otorga diferentes propiedades) de inositol, dentro de los cuales el más abundante es el mioinositol. Aparte del mioinositol, el otro isómero que nos interesa es el D-chiro-inositol.
Sus funciones incluyen:
- Transducción de señales insulínicas.
- Regulación y crecimiento nervioso.
- Control de las concentraciones de calcio (Ca+) intracelular.
- Regulación del metabolismo lipídico sobre todo en combinación con colina.
¿Qué papel desempeña el inositol en la resistencia a la insulina?
En mujeres con SOP existe una disfunción a nivel de señalización de la insulina. En este escenario el inositol, en concreto el inositol fosfoglicano juega un importante papel en la cascada de señalización de la insulina regulando entre otras cosas transportadores específicos de glucosa (GLUT4) que permiten la entrada de esta a la célula.
De esta manera se empezó a investigar y a teorizar sobre si la administración de diferentes isómeros de inositol podría ayudar en la terapia contra esta enfermedad.
¿Cómo suplementar con inositol?
De las diferentes formas de inositol, el D-chiro-inositol es el que realiza la actividad biológica en los ovarios por lo que suplementar con esta forma de inositol es válido. Si administramos mioinositol, este se transforma (epimeriza) en D-chiro-inositol por lo que también puede ser válida su administración.
De esta manera existen suplementos que combinan ambas formas de este compuesto, una opción igualmente válida.
De manera general, para el tratamiento del SOP se usan dosis diarias tomadas antes del desayuno de entre 200 y 4000 miligramos de mioinositol, es decir, de entre 0.2 y 4 gramos de mioinositol diarios.
Si el suplemento viene presentado en cápsulas blandas o en formato de gel en lugar de polvo, se puede reducir la dosis recomendada un 30% debido a una mayor biodisponibilidad de la sustancia.
Cuando un suplemento de inositol no específica el formato de inositol que contiene, se sobreentiende que es mioinositol.
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