Las algas son uno de los ingredientes más destacados en los platos asiáticos y quizá debido a sus bajas tasas de obesidad, son éstas muy utilizadas en la creación de productos milagro que se promocionan como "quema grasas".
No obstante, siempre es fundamental conocer más acerca de los componentes de éstos productos, para saber con exactitud cuánto de cierto hay en este efecto "quema grasas". Por eso, enunciaremos algunos datos acerca de las algas y su relación con la pérdida de peso o grasa corporal.
Hasta el momento, se ha obtenido información sólo de estudios con animales, en los cuales se ha demostrado cómo el pigmento carotenoide del alga wakame reduce el peso producido por el incremento de grasa abdominal en ratones obesos y diabéticos.
El pigmento llamado fucoxantina, ha demostrado reducir la grasa abdominal en roedores al incrementar su oxidación, pero aún se requieren múltiples fases en la investigación para que estos beneficiosos efectos se comprueben en humanos.
Por otro lado, la espirulina es ampliamente utilizada como ingrediente de productos adelgazantes y en suplementos deportivos debido a sus proteínas de alto valor biológico y en concentraciones elevadas.
Su efecto adelgazante es atribuido a un aminoácido contenido en ésta, llamado fenilalanina, el cual es capaz de aumentar los niveles de colescistocinina, una hormona fuertemente involucrada en el proceso de saciedad.
Su efecto sobre el apetito y como reductor de la ingesta de alimentos al estimular la saciedad, han sido verificados científicamente en humanos. No obstante, aún queda mucho por conocer para establecer una relación concreta entre la quema de grasas y las algas.
Básicamente, las algas son un buen recurso alimentario para incluir en una dieta hipocalórica, ya que con pocas calorías aportan múltiples nutrientes. Además, su contenido en mucílagos aumenta la absorción de agua y por ende, incrementa el volumen y contribuye a una mayor saciedad.
Sin embargo, debemos recordar que éstos alimentos de origen marino son muy ricos en minerales, por lo tanto, no se pueden consumir en exceso, pues podrían provocar desequilibrios electrolíticos y severas consecuencias sobre la salud.
Incluso, sus propiedades quema grasas no están científicamente probadas en humanos y los productos que las incluyen pueden tener otros tantos compuestos que perjudiquen nuestra salud. Por ello, la mejor forma de cuidar la salud, es consumir algas en el marco de una dieta saludable, sin abusar de ellas e ingiriéndolas de forma equilibrada.
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