Hace ya años que la concienciación sobre el peligro de exponerse a los rayos del sol sin protección ha calado en la mayoría de la sociedad española. Según la Asociación Española Contra el Cáncer, el 80% de los españoles usa protector solar cuando va a la playa, el 50% se lo aplica cuando practica deporte al aire libre en verano y el 42% utiliza a diario productos con protección, como cremas hidratantes o maquillaje.
A pesar de ello, aun hay dudas que todos tenemos sobre cómo utilizar correctamente una crema para el sol. Una de ellas es cuánto tiempo se puede utilizar uno de estos productos después de abrirlo. ¿Puedo reutilizar una crema del año pasado? ¿Cómo sé si mi crema ha 'caducado'? ¿Qué le pasa a un protector cuando caduca?
Instrucciones de uso de tu protector solar
Imagina que la crema para el sol que acabas de comprar es una tostadora: tiene unas instrucciones de uso que seguramente no vas a leer porque, total, ya sabes cómo funciona. Bien, reconsidéralo. Cada protector solar tiene sus particularidades y el fabricante habrá consignado en esa parte de la etiqueta las indicaciones concretas.
Desde los ingredientes de la crema, hasta el periodo de reaplicación más adecuado hasta las compatibilidades con el agua o el sudor, por ejemplo, aparecerán ahí detalladas. Es especialmente útil si tienes alguna alergia o vas a usar la crema para hacer deporte, por ejemplo.
Fecha de duración mínima
Ahora imagina que esa misma crema es un alimento. Esta fecha equivaldría a la de consumo preferente, el tiempo mínimo en el que el fabricante garantiza todas las propiedades del producto sin abrir.
Periodo una vez abierto
Esta es en este caso la información que más nos interesa: cuanto tiempo una vez abierto podemos seguir utilizando nuestro protector solar. Esta información viene indicada junto a las siglas PAO (period after opening) y está señalada por el símbolo de un tarro abierto que contiene un número junto a la letra M.
Ese número son los meses que el producto mantiene sus propiedades una vez abierto. En la mayoría de los casos, las cremas para el sol vienen marcadas como "12M", es decir, que pueden utilizarse 12 meses una vez abiertas.
¿Qué lleva un protector solar?
Para entender esto, es útil imaginarse las cremas solares como si fuesen salsas en la cocina. Sus ingredientes son de distintos tipos. Los más importantes son los compuestos que absorben la radiación solar para evitar que esta nos dañe la piel, llamados filtros.
Los filtros pueden ser físicos o químicos, y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Los físicos son más estables en el tiempo, pero son más deshidratantes y dejan un rastro blanco en la piel al aplicarlos. Los químicos permiten crear cremas con efecto hidratante y no dejan ese rastro, pero a cambio duran menos tiempo. Es habitual que los protectores solares de más calidad lleven una mezcla de ambos.
Además de los filtros, las cremas solares llevan otros compuestos que actúan aportando a la mezcla estabilidad, una textura o un aroma agradables. La receta final tiene como resultado el producto tal y como es cuando lo compramos.
¿Qué le pasa a una crema con el tiempo?
Pero con el paso del tiempo, esos componentes comienzan a degradarse, igual que lo haría una salsa. El primer efecto suele percibirse en su textura. Los emulsionantes se degradan y la parte aceitosa se separa del agua, apareciendo un líquido transparente sobre otro más blanco y espeso. Esto puede resolverse de forma puntual agitando bien el bote de crema y aplicándola inmediatamente antes de que las dos capas vuelvan a separarse.
La estabilidad de los filtros solares es otra cosa que se ve comprometida con el tiempo, y esto hará disminuir la eficacia (el factor de protección o FP) de una crema. Conviene tener esto en cuenta porque con un protector viejo habrá que hacer aplicaciones más a menudo que con una crema nueva.
Consejos para conservar un protector solar
Volvamos a la analogía con una salsa: cuanto más adecuadas sean las condiciones de conservación de un protector solar, más tiempo mantendrá este sus cualidades. Esto significa mantener el bote en un lugar fresco y seco.
Pero hay que tener en cuenta que esto no siempre es posible, porque el protector solar nos suele hacer falta precisamente en situaciones de calor y humedad, como son la playa y la piscina. Exponerlo durante horas a la luz del sol, a veces en el interior de un coche, tenerlo en contacto con la arena... Todas estas cosas hacen que la degradación de la crema se acelere.
Por otro lado, conviene tener en cuenta la calidad de la crema y la forma del bote que lo contiene. No será lo mismo un protector en spray que apenas está en contacto con el aire que un bote mal cerrado que esté en contacto continuo.
En cualquier caso, y ante la duda sigue las recomendaciones del fabricante, opta por botes más pequeños y adquiere un protector nuevo si el anterior tuvo una agitada vida playera el año pasado. No te la juegues con la salud de tu piel.
Imágenes | IstockPhoto y Wikipedia
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