La dieta disociada es una de las dietas que más de moda están ahora mismo. Podemos ver a bloggers, influencers y youtubers siguiéndola religiosamente y en Instagram encontramos numerosas cuentas dedicadas a ella. Es más, esta dieta forma parte de la lista de dietas más buscadas. Por eso, vamos a analizarla en detalle, explicar de qué se trata, cómo se hace y si existe evidencia científica que la avale.
Qué es la dieta disociada
La dieta disociada se trata de un estilo de alimentación basado en la división de los alimentos en tres grupos, en base a su nivel de hidratos o de proteínas.
Esta dieta ha sido atribuida a muchas personas, pero la mayoría de páginas especializadas coinciden en indicar que el creador es el Profesor Montignac. Según los defensores de esta dieta, el señor Montignac basó la creación de la dieta disociada en investigaciones y hechos científicos.
La idea de esta dieta es ayudarnos a adelgazar regulando nuestra alimentación. Para ello proponen no mezclar en un mismo plato alimentos altos en carbohidratos con alimentos altos en proteínas. El motivo que se alega es que nuestro sistema digestivo no está preparado para digerir la mezcla de varios tipo de nutrientes. El hacerlo provoca, según los seguidores de la dieta disociada, el colapso del sistema digestivo y la almacenación excesiva de azúcar que luego se convierte en grasa, haciéndonos engordar.
Cómo se hace
Para poder llevar a cabo esta dieta debemos conocer las tres categorías o tipos en los que dividen los alimentos en base a sus nutrientes: glúcidos, proteicos y neutros.
- Glúcidos: patata, cebolla, trigo, harinas, pastas, cereales, azúcar, dulces y, en general, productos altos en hidratos.
- Proteicos: algunos lácteos, pollo, carne, pescado y frutos secos.
- Neutros: leche, lácteos altos en materia grasa, aceites, verduras y alimentos ahumados.
Pero no es tan sencillo como entender estas tres categorías e intentar no mezclarlas. Dentro de las tres categorías, también se diferencian alimentos grasos o, por ejemplo, no se permite mezclar carbohidratos entre sí. Aunque sí se pueden mezclar cada una de las categorías con alimentos neutros.
Para realizar de manera correcta esta dieta, no se pueden mezclar en el mismo plato alimentos que sean de grupos incompatibles. Esto quiere decir que, no se pueden mezclar proteínas con carbohidratos, ni proteínas con grasas. Esto es lo básico y ahora viene el lío.
Los seguidores de esta dieta consideran que es importante seguir unos horarios y hacer todas las comidas, ya que consideran que cada una de ellas tiene una función concreta. Sugieren hacer cinco comidas al día y en cada una de ellas habría uno o varios grupos de alimentos que estarías especialmente indicados. Las comidas que recomiendan realizar son el desayuno -al que consideran la comida más importante del día aunque ya sabemos que no pasa nada por no desayunar - , snack a media mañana, comida, merienda y cena.
Cada grupo de alimentos está permitido en una o varias de esas comidas. Así, en el desayuno están permitidas las frutas, las verduras y los carbohidratos. A media mañana se puede comer frutos secos o fruta, pero nunca mezclados. También se pueden comer carbohidratos. En la comida recomiendan comer carbohidratos. Para la merienda, frutos secos y alimentos neutros y, por último, en la cena proteínas. Este es un ejemplo de tablas de compatibilidades de alimentos.
En esta dieta, aunque aseguran que puedes comer de todo, hay algunos alimentos prohibidos. A saber, azúcar, alcohol y fritos.
Evidencia científica
La pregunta del millón es, como con todas las dietas, si existen evidencias científicas de que funcione. Los seguidores de la dieta aseguran que sí. La realidad es que, por el momento, no existe ninguna evidencia científica de que esta dieta funcione.
Una de las bases de esta dieta es asegurar que nuestro sistema digestivo no es capaz de digerir al mismo tiempo alimentos de diferentes grupos. La realidad es que nuestro organismo está más que preparado para esa tarea y que las enzimas funcionan igual de bien aunque los alimentos estén mezclados.
Además de esto, en estudios realizados investigando si existe más pérdida de peso y grasa en este tipo de dietas que en dietas que permitan combinar alimentos - independientemente de a qué grupo pertenezcan - encontraron que la pérdida de peso era similar. Es más, aunque no era estadísticamente significativo, la pérdida de grasa total era mayor en la dieta equilibrada que en la dieta disociada. Por lo que no existe evidencia de que no combinar alimentos ayude a perder peso más peso, más eficientemente o más rápido que cualquier otra dieta.
Por otro lado, no resulta tan sencillo como separar alimentos por categorías siguiendo una tabla. La mayoría de los alimentos son una combinación de diferentes tipos de nutrientes, por lo que en un solo alimento se pueden encontrar hidratos y proteínas al mismo tiempo. Estaríamos matándonos a intentar entender y seguir las pautas de la dieta para nada, porque al final seguiríamos comiendo nutrientes mezclados.
Es verdad que esta dieta puede ayudar a adelgazar, pero lo hace porque prohíbe el azúcar, los fritos y el alcohol. Esto mismo lo podemos hacer con cualquier otra dieta normal o incluso sin dieta, intentando mantener unos hábitos de alimentación saludables. Y nos ahorraríamos pasar horas pensando qué podemos comer y qué no, con qué podemos mezclarlo y cuándo podemos comerlo.
Lo importante, una vez más es la calidad de lo que comemos y la evitación de los ultraprocesados y no cuándo o con qué lo comemos. Para iniciarnos en un estilo de vida saludable, os animamos a seguir el #RetoVitónica y comer durante una semana comida real sin ningún tipo de ultraprocesado.
Imágenes | Unsplash
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