Con la llegada del frío nos empiezan a apetecer más los platos calientes y reconfortantes. El problema es que, mientras que en verano solemos comer un poco más ligero, los platos de invierno tienen cierta tendencia a ser más contundentes y pueden darnos una molesta sensación de pesadez, además de un aporte calórico muy alto. Por suerte, hay algunas formas sencillas de conseguir platos de invierno igualmente calentitos y agradables, pero más ligeros.
Que las verduras y hortalizas sean el ingrediente más importante
Tanto en invierno como en verano lo ideal es que la base de nuestra alimentación sean las verduras. Sin embargo, durante los meses fríos, es especialmente importante que nuestros platos contundentes tengan a las verduras como ingrediente principal. Sobre todo si lo que queremos es conseguir platos más ligeros.
No solo son alimentos poco calóricos, sino que aportan mucha agua, lo que facilita nuestras digestiones y evita que retengamos líquido. Además de esto nos aportan los nutrientes y vitaminas que necesitamos sumando pocas calorías y aportan saciedad.
Elegir carnes magras y alejarnos de las carnes procesadas
Las carnes magras nos aportan menos cantidad de grasa, lo que ayuda a que no nos sintamos tan pesados. Nos aportan proteínas, sin tantas calorías y ayudan a nuestra saciedad. Por el contrario, alejarnos de carnes procesadas, como los embutidos y los fiambres ayudará también a reducir la cantidad de grasa en nuestra comida, evitando la sensación de pesadez que aportan.
Evitar ultraprocesados y optar por alimentos frescos y de temporada
En ocasiones para hacer sopas, purés, cremas y otros platos acudimos a alimentos ultraprocesados o muy procesados con grandes cantidades de azúcares añadidos y sal. Evitar este tipo de productos y optar, en cambio, por alimentos frescos y de temporada es una forma sencilla y eficaz de hacer nuestros platos más ligeros. Igualmente, evitar ingredientes como la nata o la mantequilla ayudará a evitar calorías y grasas innecesarias.
Hacer uso de legumbres y granos enteros
Si no comemos carne o pescado - o si lo hacemos pero queremos otras alternativas - las legumbres son una excelente manera de sumar proteínas sin resultar pesadas. En ocasiones pensamos que los platos de legumbres son pesados, pero el problema suele ser los ingredientes con los que acompañamos esas legumbres. Habitualmente muy grasos y procesados.
Las legumbres por sí mismas tienen poca densidad calórica y mucha fibra, lo que ayuda a nuestro sistema digestivo. También es preferible cambiar los cereales refinados por granos enteros y opciones integrales como la avena, el arroz y la pasta integral o la quinoa, entre otros.
Utilizar especias y hierbas para aportar sabor
En ocasiones, para aderezar nuestros platos calientes hacemos uso de un exceso de sal o de salsas comerciales. Usar como sustitución especias y hierbas aromáticas es una forma sencilla de restar calorías y aportar sabor, manteniendo la ligereza del plato.
En Vitónica | 15 sopas y cremas ligeras, ideales para perder peso en este nuevo año
Imágenes | Unsplash