El gran rasgo negativo de algunos planes de adelgazamiento es la flaccidez posterior, que no sólo constituye una molestia estética, sino que indica falta de elasticidad natural en la piel y de daño en los tejidos. Sin embargo, este rasgo puede evitar si consideramos algunos aspectos.
La firmeza del cuerpo se debe a que sus tejidos de sostén se encuentran en condiciones y si algún factor externo los perjudica, se produce la tan temida flaccidez que puede reducirse pero siempre es mejor prevenirla, para lo cual, te recomendamos seguir los siguientes consejos y adelgazar sin flaccidez:
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Aléjate de las dietas desequilibradas: las dietas milagro basadas en un sólo alimentos o las llamadas disociadas, pueden favorecer el descenso rápido de peso pero provocan flaccidez debido a la falta de nutrientes esenciales para el buen estado de la piel.
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No dejes de comer: si la dieta es equilibrada, pero muy restrictiva, el rápido adelgazamiento también puede perjudicarnos, ya que tenemos grandes posibilidades de sufrir un efecto rebote y este rápido cambio en el cuerpo no permite que la estructura y flexibilidad de la piel se adapte, sino que queda dañada provocando flaccidez.
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No olvides las proteínas: el colágeno, la elastina y los aminoácidos son esenciales para mantener la firmeza de los tejidos, recuperar los dañados y prevenir su falta de elasticidad que permite adaptarse a los cambios corporales.
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Grasas saludables: en toda dieta de adelgazamiento no podemos olvidar incluir una pequeña cantidad de grasas saludables, ya que el omega 3 y omega 6 presentes en frutas secas, aceite de oliva y pescado azul, son esenciales en la regeneración celular y ayudan a asimilar vitaminas liposolubles como la vitamina A que mantiene la integridad de los tejidos.
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Ejercitate con regularidad: la ejercitación activa la circulación sanguínea y así, la producción de colágeno y elastina se mantiene estable. Asimismo, una buena irrigación implica una buena nutrición y oxigenación de los tejidos que también se ven beneficiados por el mejor tono muscular que facilita la actividad física.
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Hidrátate lo suficiente: beber un mínimo de 1,5 litros de agua al día es esencial para lograr una buena circulación de la sangre que como dijimos, favorece a los tejidos de sostén del organismo.
Con éstos consejos, podemos concluir que si adelgazamos lento pero progresivamente, con una dieta equilibrada y con la práctica regular de actividad física, no tenemos por qué sufrir de flaccidez tras la pérdida de peso.
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Imagen | Pink Sherbet Photography
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