Estamos prácticamente en junio y, ahora mismo, por mucho que corramos es casi seguro que no vamos a llegar en forma al inicio del verano. Esto no quiere decir que tengamos que desanimarnos y rendirnos ante la comida poco saludable y la vida sedentaria.
Lo único que quiere decir es que tenemos que plantearnos el cambio de hábitos y de vida a largo plazo en vez de a corto y para ello podemos empezar hoy mismo. Además, si lo hacemos, es más que posible que a julio no lleguemos en forma, pero que en agosto sí que se note ya la diferencia en nuestro cuerpo.
Perder una talla en dos meses
Muchas veces optamos por soluciones rápidas que no solo nos ayuden a bajar una talla, sino incluso dos o más en un poco tiempo, siguiendo dietas poco saludables - como las dieta milagro - o llevando a cabo comportamientos extremos, como el consumo de batidos détox o sustituciones de comida.
El problema es que estos comportamientos no solo no son efectivos a largo plazo - pudiendo acabar generando un gran efecto rebote - sino que, además, pueden ser peligrosos para nuestra salud.
Sin embargo, aunque cuesta un poco más y conlleve algo más de tiempo, se puede perder peso de forma segura, sin milagros - haciendo uso de un buen entrenamiento, paciencia y una alimentación saludable - y notando los resultados en un tiempo lo suficientemente corto como para no desmotivarnos.
Se calcula que, cambiando de hábitos, siguiendo una alimentación saludable y adecuada y haciendo ejercicio se pueden perder unos 0,5-1 kg a la semana aproximadamente. La pérdida de peso se dará más en las primeras semanas y después se ralentizará un poco. En cualquier caso, en unos dos meses podemos perder aproximadamente cinco kilogramos - tal vez algo más-, lo que supondría una talla menos.
Cambios sencillos en nuestra dieta para perder una talla
Podemos hacer cambios sencillos en nuestra dieta que, junto con un entrenamiento adecuado - intentando combinar entrenamiento de fuerza y de cardio -que nos ayudarán a mejorar nuestros hábitos y perder peso.
Aumentar el consumo de frutas y verduras
La primera norma de una alimentación saludable es aumentar el consumo que hacemos de verduras y frutas y, al mismo tiempo, reducir el consumo de grasas saturadas, alimentos ultraprocesados, etc. -. Lo ideal es que nuestra alimentación se base principalmente en estos alimentos.
De nada nos sirve aumentar el consumo de fruta y verdura si después seguimos consumiendo alimentos ricos en calorías y poco saludables. Las verduras y frutas nos aportarán agua, nutrientes, vitaminas, fibra y una baja cantidad de calorías.
Elegir el agua por encima de otras bebidas
Lo mismo que con la verdura ocurre con el agua. Es recomendable que consumamos una buena cantidad de agua y nos mantengamos bien hidratados. Pero, además de eso, el agua debería ser nuestra bebida principal y reemplazar con ella el consumo de otras bebidas menos saludables como los refrescos, los zumos o las bebidas alcohólicas.
El consumo de agua podemos hacerlo por sí misma, en forma de agua con gas, como agua saborizada o en infusiones.
Consumir legumbres y granos enteros
En vez de eliminar por completo los hidratos de carbono, debemos aprender a elegir los hidratos adecuados. Para ello, es buena idea que nos alejemos de los hidratos simples - procedentes de harinas y azúcares refinados - y optemos por hidratos complejos.
Para ello, podemos consumir legumbres, cereales integrales y granos enteros. Este tipo de alimentos nos aportan más fibra, además de ir liberando la energía de forma más lenta, de manera que cueste más que se acumule en forma de grasa.
Alejarnos del alcohol
Cualquier momento es bueno para dejar de consumir alcohol, pero la excusa de intentar perder algunos kilos y estar más saludables puede ayudarnos a empezar a conseguirlo.
El consumo de alcohol no solo nos aporta una gran cantidad de calorías, sino que hace que aumente nuestro apetito. Si estamos planeando perder peso dejar el consumo de alcohol es parte de la clave.
Frutos secos en vez de snacks comerciales
Los frutos secos han sido demonizados muy a menudo por tener una gran cantidad de calorías incluso por personas que están acostumbradas a consumir snacks comerciales. La realidad es que este tipo de snacks no solo tienen un nivel calórico más grande sino que son mucho menos saludables que los frutos secos.
Los frutos secos naturales son una alternativa muy recomendable a este tipo de snacks o picoteos. Nos aportan fibra, proteína y grasas saludables que, además, ayudarán a aumentar nuestra sensación de saciedad.
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