Las condiciones climáticas pueden influir considerablemente en nuestro rendimiento, en nuestro desempeño y también en los deseos de entrenar o no. Por eso, para continuar con nuestro trabajo como en invierno debemos considerar algunos factores que nos permitan mantenernos seguros: la dieta es uno de ellos. Te mostramos en qué consiste una dieta saludable para el deportista en verano y revelamos pautas básicas que te permitirán seguir entrenando.
De la dieta depende en gran medida nuestro desempeño físico, pues más allá del entrenamiento si con los nutrientes no favorecemos la recuperación o no tenemos la energía suficiente al momento del esfuerzo o bien, nos encontramos deshidratados, el rendimiento se reducirá considerablemente. Entonces, algunas pautas básicas que no debemos olvidar en verano son:
Bebe suficiente siempre: antes, durante y después
La hidratación es algo con lo que siempre insistimos, pero en verano más que nunca debemos ingerir suficientes líquidos debido a que las pérdidas por sudor se incrementan considerablemente.
Además, un cuerpo mal hidratado no tiene buena tolerancia al calor, pudiendo sufrir no sólo una caída en el rendimiento sino también un golpe de calor por insuficiente ingesta de líquidos en esta temporada.
Entonces, lo recomendable es beber antes, durante y después de cada entrenamiento agua fresca, aunque también podríamos acudir a bebidas isotónicas si se trata de esfuerzos de alta intensidad o larga duración en los cuales la sudoración es superior y no sólo se pierde agua sino también, sales minerales como sodio, potasio o cloro que necesitan recuperarse.
Para no olvidarlo, antes de entrenar debemos beber entre los 60 y 30 minutos previos un promedio de 500 ml de agua, durante el entreno se aconseja hidratarnos cada 15-20 minutos para lo cual podemos llevar con nosotros un bidón si vamos en bicicleta por ejemplo, o una mochila de hidratación si corremos. Otra alternativa es trazar un recorrido que nos permita acceder a fuentes de agua fresca mientras entrenamos si lo hacemos al aire libre.
Después de entrenar siempre es recomendable beber para reponer líquidos y electrolitos que nos permitan recuperarnos adecuadamente tras el esfuerzo, volviendo a su normalidad la temperatura corporal.
Consume preparaciones ligeras y frescas
La temperatura de lo que comemos así como el volumen y los nutrientes de cada comida también son importantes. En verano escoger preparaciones templadas o frías siempre es de ayuda para disminuir la temperatura corporal y así, reducir el esfuerzo que el cuerpo realiza para su regulación.
De igual manera, escoger platos fáciles de digerir, ligeros o evitar comidas copiosas resta trabajo metabólico a nuestro cuerpo, energía que el mismo podrá destinar a la termorregulación eficiente.
Es decir, un cuerpo exigido por una comida abundante y colmada de grasas o azúcares, con poca agua será un cuerpo menos eficaz en lograr la regulación de la temperatura corporal ello sin contar que con cada proceso digestivo el cuerpo consume agua, de allí que en verano debemos priorizar platos sencillos, ligeros y frescos para que ni la hidratación ni la temperatura del cuerpo sean un problema al momento de ponernos en acción.
Podemos acudir a sopas y cremas frías, ensaladas, platos sin cocción, batidos, sorbetes caseros u otros que serán de gran ayuda para adecuar nuestra dieta al verano y así, proteger nuestro desempeño deportivo.
Suma frutas y verduras a la dieta
Las frutas y verduras, sobre todo si se consumen frescas, son ingredientes que nos ofrecen un alto contenido acuoso y por ello, contribuyen a lograr una buena hidratación con lo que comemos.
Además, son fuente de electrolitos como el potasio o el sodio así como azúcares que presentes de forma natural en las frutas pueden contribuir a lograr un balance de fluidos adecuado para el buen rendimiento físico e intelectual.
Por otro lado, son ingredientes que contribuyen a lograr platos refrescantes que nos ayuden a regular la temperatura corporal sin mayor esfuerzo, pues una fruta fresca podemos consumirla a modo de snack tanto tiempo antes de entrenar como después del esfuerzo para reponer energía.
Obtén suficiente energía cada día
En verano solemos comer menos que en invierno, y escogemos platos con más frutas y verduras así como bebemos más líquidos, reduciendo inconscientemente las calorías la dieta.
Aunque también hay quienes en plena temporada de calor realizan dietas estrictas para bajar de peso disminuyendo considerablemente las calorías diarias, algo que puede ser muy riesgoso para un deportista.
Si bien los platos deben ser fáciles de digerir y ligeros, las calorías no deben ser deficientes en la dieta de una persona que entrena de manera habitual con una intensidad considerable, pues de la energía dependerá que procesos como la recuperación muscular sea exitosa y que el metabolismo funcione adecuadamente.
Si las calorías que ofrecemos al cuerpo son muy reducidas no sólo podemos sufrir una caída en el rendimiento sino también, incrementaremos las posibilidades de lesionarnos y de afectar el funcionamiento adecuado del cuerpo al momento de regular fluidos, temperatura y otros aspectos básicos de un organismo sano.
Entonces, escoge preparaciones de calidad, con energía suficiente pero frescos, con agua, vitaminas, minerales y otros nutrientes que contribuyen a la salud del organismo.
Si deseas cuidar tu salud en verano, estas son las pautas básicas para lograr una dieta adecuada para el deportista en esta temporada.
Imagen | Pixabay y Unsplash