Las bebidas alcohólicas se asocian por lo general a reuniones sociales, a salidas nocturnas con los amigos o comidas de negocios. Son bebidas que contienen el etanol (conocido popularmente como alcohol) y atendiendo a su proceso de elaboración, podemos distinguir entre bebidas producidas por fermentación alcohólica (vinos, cervezas, hidromiel, sake) en las que el contenido en alcohol no pasa de 18-20 grados, y las producidas por destilación, generalmente a partir de un producto de fermentación (licores, aguardientes, etc) que pueden llegar hasta los 80-90 grados.
No entraremos en discutir los efectos de este tipo de bebidas sobre el organismo, sino que nos detendremos en analizar su valor energético y si son adecuadas en una dieta de pérdida de peso.
En la tabla siguiente encontramos en amarillo las bebidas obtenidas por fermentación y en verde, las obtenidas por destilación. Podemos observar a simple vista cuales son las que aportan mayor cantidad de calorías.
El alcohol etílico tiene alrededor de 7 kcal/g y, exepto por las calorías, no proporcionan ningún valor biológico como proteínas, vitaminas, minerales, etc. Por esto se le consideran “calorías vacías” y requieren de un control restringido en la dieta. Es importante tener como valores energéticos de referencia, las 4kcal/g que aportan los Hidratos de carbono y las 7kcal/g que aportan las grasas.
Para conocer la cantidad de alcohol que contienen las bebidas de consumo habitual se utiliza la siguiente operación matemática:
Gramos de etanol = Gº x (cantidad de bebida consumida ml) x 0.80) / 100 Ecuación Gastineau, 1976
Supongamos que tomamos 150 ml de una copa de vino tinto con 10 grados de alcohol. Para calcular su valor calórico en alcohol, primero calculamos:
(10º x 150 ml x 0.80) / 100 = 10.8 g de alcohol
segundo calculamos los gramos de alcohol por 7 kcal
10.8 g de alcohol x 7 kcal = 75.6 kcal
Esa copa de vino nos proporciona 75.6 kcal extra totalmente libres de nutrientes.
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